Desolación, tristeza y mucha admiración

ABC, 25-06-2007

S.N.

MADRID. La muerte de los seis soldados españoles en el cobarde atentado terrorista de Líbano causó ayer inmensa tristeza entre sus compañeros de la Base «Príncipe» de la Brigada Paracaidista de Ajalvir, donde estaban destinados.

«Sabemos que su misión, como la de cualquier militar en zona de conflicto armado, era de alto riesgo, pero la muerte de unos compañeros, aún en esas circunstancias extremas, es algo para lo que uno, aunque soldado, nunca está preparado», comentaban entre sí algunos de sus compañeros. Conmoción, tristeza, pero también admiración. Eso era lo que ayer se respiraba en la Bripac.

Todos ellos habían marchado a Líbano con gran ilusión, dispuestos a aportar su grano de arena en una misión internacional de gran trascendencia para la estabilidad de esa región, siempre inestable. Fueron con la ilusión propia de su extremada juventud, y los seis vuelven cuando aún no se les esperaba, por la tremenda injusticia de una muerte que ha llegado demasiado pronto, cuando tenían toda una carrera por delante, e infinitas ilusiones, lamentaban ayer en la base «Príncipe». Los seis tenían edades que oscilaban entre los 18 y los 21 años.

Los tres militares de origen colombiano, Jefferson Vargas Moya, Jeyson Alejandro Castaño Abadía y Yhon Edisson Posada Valencia, así como los de nacionalidad española, Johnattan Galea García, Juan Carlos Villora Díaz y Manuel David Portas Ruiz, dejan un gran recuerdo entre sus compañeros. También los dos heridos, Enrique Vázquez Matey y Juan Paz Soler, para los que se deseaba una inmediata y total recuperación.

«Otros ocuparemos su sitio»

«El mejor homenaje que se puede hacer a nuestros compañeros muertos es recordarlos como los buenos soldados que fueron», comentaban sus compañeros. «Pero que sepan los enemigos de la paz en el mundo que el vacío que han dejado será ocupado, desde ya, por otros cinco de entre nosotros», añadían emocionados.

También el presidente en funciones de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, expresó su cariño hacia la familia y compañeros de los soldados españoles caídos ayer en acto de servicio. Y, en particular, hacia Juan Vidoria Díaz, natural de Ávila. Tras conocer la tragedia, Herrera quiso, antes que nada, «honrar la memoria de los soldados españoles asesinados en el Líbano en una acción terrorista dentro de la guerra que asola aquel país». Al mismo tiempo, quiso expresar su «cariño a las familias que sufren el dolor de la pérdida y a todos sus compañeros que trabajan en esa situación de peligro».

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