Fórmulas para salvar África
ABC, 25-06-2007REUTERS
El presidente senegalés, Abdoulaye Wade, enarbola la bandera nacional
POR ERENA CALVO
LAS PALMAS. Los negocios son los negocios, y en África están concentrados en pocas manos. Pese a que en un principio se confió en que el hallazgo de petróleo en países como Nigeria (1960) sería un acicate para el progreso, lo cierto es que no ha sido así. No son pocas las organizaciones no gubernamentales asentadas en el vecino continente que año tras año denuncian cómo los beneficios del «oro negro» revierten en los gobernantes de los países productores, sin que esas riquezas naturales aporten bienestar alguno a la población.
Ante lo que considera una injusticia social, el presidente senegalés Abdoulaye Wade propone invertir la tendencia y redistribuir el dinero que se obtiene del crudo. Es la base de su fórmula, la «fórmula Wade».
Las multinacionales que operan en África obtienen la porción más grande del «pastel» del petróleo, sobre todo tras la escalada de precios experimentada desde 2004, explicaba recientemente Wade en una visita a España.
Distribuir beneficios
Ante esta situación, propone que los beneficios de vender el petróleo por encima de los 29 euros – precio medio de la cotización del barril de Brent en 2003 – se distribuyan a partes iguales entre las compañías explotadoras, los países propietarios de los yacimientos (23 de los 54 que componen África) y los países que no poseen petróleo. Para Wade esta fórmula contribuiría a erradicar la pobreza en un continente donde más de trescientos millones de personas se enfrentan a diario a toda una odisea para sobrevivir.
Si no consigue la adhesión de las petrolíferas a su propuesta – ya ha mantenido algunos encuentros con compañías estadounidenses – , serán los organismos internacionales, dice, quienes deban hacerse cargo del sobrecoste que supone sobre todo para los no productores la factura energética. Un sobrecoste, «impuesto por un oligopolio, que estrangula aún más nuestras economías».
De forma que si no se ataja dicho estrangulamiento, «llegará un momento en que África sea inhabitable». Hasta entonces, sus habitantes «continúan desplazándose de una región a otra, de un país a otro, en busca de oportunidades».
La lucha contra la inmigración
Pero los flujos migratorios no se mueven sólo dentro del territorio africano, también lo hacen más allá de sus fronteras. Sólo en 2006 más de treinta mil personas partieron en precarias embarcaciones clandestinas desde África a las costas canarias. Wade muestra una «tolerancia cero» frente a la inmigración ilegal, que se ha convertido en «un granito de arena entre España y Senegal».
Para eliminarla «buscamos una solución duradera que genere empleo en nuestras ciudades», y para ello – además de la aplicación de su fórmula – pide a países como España que fomenten el sector privado de Senegal para crear riqueza y trabajo, y «para que llegue un día en que nuestro continente sea de los jóvenes que trabajan por su desarrollo» y que ahora, en la mayoría de los casos, sólo tienen una opción: emigrar.
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