EMBOSCADA TERRORISTA / Luto en el Ejército

Seis militares españoles muertos en el Líbano en un ataque terrorista

El Mundo, RAFAEL J. ALVAREZ, 25-06-2007

Un coche bomba accionado a distancia estalló al paso de la patrulla, compuesta por dos BMR en los que iban los jóvenes, de entre 18 y 21 años El grupo Fatah al Islam, ligado a Al Qaeda, había amenazado a las tropas de la ONU en el sur del país MADRID. – Seis soldados de las tropas españolas de la ONU destacadas en Líbano murieron ayer y otros dos resultaron heridos cuando el vehículo blindado en el que patrullaban una zona del sur del país resultó afectado por la explosión de un coche bomba o de un artefacto accionado a distancia, circunstancia que al cierre de esta edición no había sido determinada oficialmente por el Gobierno español. Fuentes militares libanesas hablaban anoche de un coche bomba accionado por control remoto.


El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, calificó la acción de «atentado terrorista» y «ataque premeditado contra las fuerzas de la Finul» y no descartó que la autoría corresponda a Al Qaeda o al grupo fundamentalista Fatah al Islam, toda vez que Hizbulá emitió rápidamente un comunicado condenando el hecho.


Tres de las víctimas mortales son españolas y tres colombianas, y sus edades oscilan entre los 18 y los 21 años. Se trata de Manuel David Portas Ruiz (Sevilla, 20 años), Juan Carlos Villora Díaz (Avila, 20 años), Johnattan Galea García (Madrid, 18 años), Jefferson Vargas Moya (Colombia, 21 años), Yhon Edisson Posada Valencia (Colombia, 20 años) y Jeyson Alejandro Castaño Abadía (Colombia, 20 años).


El militar sevillano, Manuel Portas, falleció en el hospital, horas después de la explosión.


Los dos heridos son españoles: Enrique Vázquez Matey (Madrid, 21 años) y Juan Paz Soler (Palma de Mallorca, 19 años).


Las de ayer son las primeras víctimas españolas que se producen en el Líbano.


Alonso, que llegará en la mañana de hoy a Beirut, contó ayer en una rueda de prensa celebrada en la sede del Ministerio de Defensa, en Madrid, que el ataque se produjo a las 16.10 horas (hora española) cuando una «fuerte explosión» afectó a un vehículo blindado BMR en el que viajaban ocho «caballeros legionarios» de la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista Almogávares.


Según la información del Ministerio de Defensa, en el momento en que dos BMR españoles iban a cruzar una intersección de dos carreteras (la SA – 7 y la SA – 3) cerca de la ciudad de Khiam, una bomba hizo explosión.


El estallido afectó de lleno al segundo de los vehículos, en el que viajaban los seis cascos azules que murieron y los otros dos que resultaron heridos.


El ministro dijo que el atentado se produjo mientras la patrulla realizaba una misión rutinaria de reconocimiento en la aldea de Sahel al Derdara, una zona recorrida «diariamente» por las tropas españolas de la ONU en el sur del Líbano, y «sin que se hubieran producido con la población civil incidentes ni enfrentamientos anteriores» al suceso.


El titular de Defensa no aclaró si se trató de un coche bomba o de un artefacto colocado en la cuneta de la carretera y accionado al paso de la patrulla española, pero sí descartó que se tratara de una mina.


De hecho, la zona había sido ya peinada y desminada hacía 10 meses, según el periódico libanés An Nahar.


Fuentes militares libanesas citadas por la agencia Efe aseguraron que el atentado fue cometido mediante una bomba oculta en un Renault Rapid de color blanco, con matrícula falsa, que fue accionado por control remoto.


La Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN) aseguró que la explosión lanzó a dos de los cuerpos fuera del vehículo y que otros dos militares quedaron carbonizados en el interior del BMR. Otra de las víctimas habría fallecido en el hospital de Marjeyoun minutos después del atentado y una sexta varias horas más tarde también en el centro hospitalario, informa Rita Sfrei. El resto de los heridos fue trasladado al centro general de las tropas españolas en Blat.


Según el Ministerio de Defensa, los miembros del otro BMR y varios civiles y militares libaneses ayudaron a los militares españoles afectados por la explosión y los condujeron a distintos hospitales del sur del país.


Alonso evitó señalar a algún grupo terrorista en concreto «hasta que los servicios de Inteligencia y los técnicos no analicen el tipo de explosivo y los restos del vehículo».


Sin embargo, dijo que no excluía a alguna célula de Al Qaeda, ni a Fatah al Islam, un grupo terrorista que desde hace cinco semanas mantiene sus amenazas hacia las fuerzas de la Finul, a las que responsabiliza de haber bombardeado un campo palestino al norte de Líbano.


Esas advertencias hicieron que, el pasado 8 de junio, el mando español en el Líbano decretara la alerta amarilla y tomara una serie de medidas preventivas.


Precisamente, Alonso fue instado ayer a contestar si los dos BMR atacados iban equipados con inhibidores de frecuencia. «Son los mejores vehículos de los que dispone el Ejército español», se limitó a responder.


Apenas dos horas después del atentado, el grupo chií Hizbulá emitió un comunicado en el que condenaba la acción terrorista y aseguró no tener responsabilidad alguna en el mismo.


El ministro José Antonio Alonso partió en la madrugada de hoy desde la base aérea de Torrejón hacia Beirut en un Boeing 707 acompañado por sus colaboradores más cercanos, un equipo de la Guardia Civil experto en identificaciones y varios técnicos en explosivos.


La intención de ese vuelo urgente, que probablemente regrese a Madrid mañana, es «recuperar los cadáveres y trasladar a España a los heridos», según el propio ministro, que se encontrará en el Líbano con el director general de la Guardia Civil, Joan Mesquida, que llegó ayer a Beirut y viajará hoy hacia el sur del país para visitar a las tropas españolas destacadas allí.


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