El cónsul explicó que los compatriotas que viajaban indocumentados hacia EUA fueron involucrados por error.

El ministerio público del estado de Chiapas, México, decretó la libertad de los seis inmigrantes salvadoreños detenidos el martes último, con dos mexicanos en dos vehículos en el que estos transportaban armas y droga, porque no encontró ningún elemento de responsabilidad en ellos.

El cónsul Nelson Cuéllar Hernández dijo que fue notificado por autoridades ministeriales de la libertad de los salvadoreños: Wilmer Ernesto Recinos Zúñiga, Abraham Palacios Aguilar, Juan José Rivera Martínez, Iliana Carolina Méndez, Norma Araceli Ceron Lemus y Sonia Elizabet Domínguez Landaverde.

El ministerio público los dejó en libertad de los cargos sobre las armas y droga que los otros dos (mexicanos) llevaban, pero de inmediato los puso a disposición del Instituto de Migración (en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas) para su deportación que deberá ocurrir este fin o principio de semana, precisó Cuéllar.

Agregó que los familiares de los inmigrantes se comunicaron vía telefónica desde El Salvador, y que él personalmente atendió este caso con las autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR), y demostró que los salvadoreños iban de paso por México hacia los Estados Unidos.

Desafortunadamente, tengo entendido que contactaron con un coyote que les ofreció el viaje en los dos vehículos en donde la policía al revisarlos en una carretera, encontró las armas y la droga, pero ellos nada sabían por eso es que el ministerio público comprobó su inocencia y les decretó la libertad, afirmó el cónsul. Reconoció que Sonia Elizabeth Domínguez Landaverde es ciudadana salvadoreña, pero que no sabe el por qué la PGR refirió en su comunicado de prensa que era mexicana. Hemos hablado con los familiares y ella es salvadoreña, asentó el funcionario consular.

La Procuraduría General de la República en Chiapas informó que tras la puesta en libertad de los salvadoreños, un juez ordenó la revisión del rancho Las Vegas, ubicado en las cercanías de la carretera Ocosingo – Palenque, propiedad de J. Ascencio Flores Aguilar, uno de los dos mexicanos que conducía la camioneta en que transportaban a los migrantes, armas y droga.