Los ministros del Interior y Trabajo, Alfredo Pérez Rubalcaba y Jesús Caldera, llegaron ayer a Dakar con nuevas propuestas para frenar las oleadas de cayucos a Canarias. Junto a una treintena de empresarios expusieron a sus homólogos senegaleses un proyecto para abrir a corto plazo empresas de servicios, construcción y pesca en zonas deprimidas del país africano para que sirvan de disuasión a una inmigración clandestina que sólo el año pasado llevó a las costas del archipiélago a más de 30.000 subsaharianos, la mayoría senegaleses.


La representación española fue recibida por el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, en un claro gesto de la importancia que el Ejecutivo africano da a esta visita. Wade – explicaron fuentes diplomáticas – sabe que de este encuentro pueden derivarse inversiones millonarias que ayuden a mejorar su imagen, cuestionada por su colaboración en las operaciones de repatriación de los inmigrantes sin papeles en vuelos chárter.

Los 30 empresarios que integran la delegación española (entre ellos representantes de las patronales pesquera, constructora y aérea) empezaron las reuniones bilaterales para explorar las posibilidades de negocio en Senegal y la contratación en origen de trabajadores africanos, sobre todo marineros. En la actualidad, menos de un centenar de ciudadanos senegaleses llegan al año a España con contratos dentro del contingente anual por la falta de relaciones empresariales y administrativas con el Ejecutivo de Dakar, abiertamente francófilo.