Indocumentados dispuestos a pagar por visa Z

La Prensa Gráfica, Milena Varón, 22-06-2007

Un sondeo revela que el mayor temor de los inmigrantes es tener que salir de EUA para poder iniciar el proceso de legalización.

La mayoría de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos estaría dispuesta a someterse a las disposiciones del proyecto de reforma migratoria que se discute en el Senado siempre que les permita legalizar su situación.

Según los resultados de la primera encuesta a inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, 83% de los encuestados aplicaría por una visa Z, en caso de ser aprobada la medida. Para optar a ella será necesario pagar una multa de $3,000 y pasar un filtro de seguridad.

Sin embargo, en el sondeo presentado por los senadores Edward Kennedy y Dianne Feinstein en Washington también se desprenque el mayor temor entre los inmigrantes ilegales latinoamericanos es tener que salir del país para solicitar el permiso.

Sin embargo, el sondeo realizado por New America Media ha sido cuestionado por organizaciones comunitarias.

Jorge – Mario Cabrera, vocero de CARECEN, considera que el alto porcentaje de personas que quieren una visa Z indica la necesidad que existe de una reforma justa, humana y práctica, aunque la encuesta no establece si estas personas están conscientes de las normas que rigen esta iniciativa.

Tal es el caso de la usuluteca Maritza Flores, cuyo deseo es poder traer a sus dos hijos que viven en El Salvador. Estoy confundida con esto de la reforma, pero si no tengo esperanzas de traer a mis hijos rápido a mí no me sirve (la reforma), advirtió.

Del otro lado de la balanza, el chalateco Gabriel Aguilar concuerda con el 85% de personas que declararía que es un inmigrante indocumentado y el 94% que presentaría sus antecedentes penales.

El compatriota quiere dejar de ser indocumentado lo más rápido posible y no quiere que maten la única esperanza que ha tenido de poder legalizarse desde que llegó al país. La posición de Aguilar de es mejor antes que nada se contrapone a la de su compañero de esquina y también salvadoreño David Guerra, quien se opone al proyecto de reforma.

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