SARA SANS – TARRAGONA
.- El último día del curso, en un colegio de Valls, una de las alumnas de diez años, B., llegó con numerosos hematomas en las piernas y los muslos. La niña se quejaba. Decía que le dolían las piernas y, al ver cómo las tenía, sus profesores decidieron llamar a los servicios sociales y acompañarla al hospital Pius de Valls. Los médicos diagnosticaron que las heridas, que según la juez las infligió su propia madre con un instrumento alargado, podían ser consecuencia de malos tratos. El segundo caso en menos de dos semanas que se registra en las comarcas de Tarragona.

A diferencia del caso de Claudia – el bebé de Salou que todavía está ingresado en el hospital Sant Joan de Déu y cuya custodia fue retirada a los padres después de haber sufrido, como mínimo, dos agresiones-, en esta ocasión la dirección general de Atenció a la Infància i l´Adolescència (Dgaia) ya actuó el miércoles. Sin esperar ninguna orden judicial, decretó por resolución administrativa la retirada de la custodia de la niña y su retención hospitalaria.

Los Mossos custodian desde el miércoles la habitación del hospital en la que se encuentra para evitar que sus padres la vean. La vía judicial también se activó ayer mismo por la mañana. En cuanto llegó el intérprete, porque la familia es de Marruecos, declararon los padres en calidad de imputados por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Luego declaró la niña, tras lo cual regresó al hospital, donde permanece en observación, y también prestaron declaración la doctora que la atendió y su maestra.

A primera hora de la tarde, la titular del juzgado de instrucción número 3 de Valls había ratificado la decisión de la Dgaia y denegó la petición del fiscal – en el caso de Claudia, la fiscalía no se personó en las declaraciones y no solicitó ninguna medida cautelar-. Pidió también la retirada de la tutela y la custodia de los dos hermanos pequeños de B. Sin embargo, la juez resolvió retirarles la tutela pero no la custodia, porque no existe ningún indicio de que hayan sido maltratados. Así, estos dos menores seguirán viviendo con sus padres pero la Dgaia realizará controles diarios. Asimismo, la juez ha decidido retirar los pasaportes de los niños para evitar que la familia viaje a Marruecos, como tenía previsto, hasta que se aclare el caso.

Según la juez, “existen indicios suficientes de un maltrato sufrido a manos de su progenitora, que agredió a su hija con un instrumento alargado y fino”. Según la juez, las heridas no pueden corresponder a la explicación dada por la madre, y corroborada por la niña, que dijo que habían caído unos muebles sobre la menor. Con los exámenes radiológicos se han descartado otros traumatismos anteriores y a la juez sólo le consta que en otra ocasión la niña le dijo a su maestra que su madre la había golpeado.

Con este caso son 21 las retenciones de tutelas por malos tratos que ha decretado la Dgaia durante el primer cuatrimestre del año a raíz de una denuncia hospitalaria. La cifra supone la mitad de los casos que por esta vía se registraron durante todo el año pasado.