En Cataluña, y más concretamente en Barcelona, los Latin Kings se dieron a conocer a la mayoría de ciudadanos con el brutal asesinato del estudiante colombiano de 17 años Ronny Tapias a las puertas de un colegio de la capital catalana en octubre de 2003. Un grupo de Ñetas lo confundieron con un miembro de los Latin y le sesgaron la vida de una puñalada. Hasta ese momento, la mayoría de catalanes no conocía la existencia de estas bandas enfrentadas entre sí. Desde entonces se han reproducido algunos episodios violentos aunque ninguno ha alcanzado el dramatismo del caso de Ronny.

La llegada de estas bandas latinoamericanas puso en alerta a las administraciones catalanas. Un año después del crimen, los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona empezaron a trabajar para legalizar su situación. Ahí empezó a escribirse un camino diferente para los miembros de la banda que viven en la capital catalana. Miembros del consistorio contactaron con los líderes de los Latin Kings para procurar su integración en la sociedad civil. Fueron pocas, pero algunas voces criticaron que el Ayuntamiento se acercara a bandas delictivas. Sin embargo, el tiempo les está dando la razón. Y aunque se ha producido algún incidente aislado, se ha demostrado que la educación ha vuelto a vencer a la prevención. Mientras los disconformes con estas iniciativas iban enmudeciendo, en Madrid la situación se agravaba. Al otro lado del puente aéreo, no cesaban las peleas callejeras, lo que de alguna manera reforzaba la iniciativa emprendida en Barcelona.

Asociación cultural

Tras condenar la violencia y presentar sus estatutos en la Generalitat de Cataluña – fueron aprobados sin objeciones – los Latin Kings se legalizaron como entidad en agosto de 2006 pasándose a llamar Asociación Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Cataluña. La Consejería de Justicia de la Generalitat abrió la vía de la legalización para la asimilación e integración de grupos antisociales e incluso delictivos. Los servicios jurídicos se ampararon en un estudio realizado por expertos en la materia que señala que precedentes de la justicia salvadoreña apuntan que «las legislaciones antibandas no sólo no sirven para eliminar el problema, sino que a menudo provocan un efecto contrario, reforzando las auténticas bandas criminales y moviendo hacia la clandestinidad a grupos que empezaban a salir a la luz».

Éstas quizá sean algunas de las respuestas a las preguntas lanzadas por el fundador de los Latin King en España, Eric Javier Jara Velastegui, durante el juicio en la Audiencia de Madrid. El conocido como El Padrino declaró que no entendía porque no se juzgaba a los miembros de Barcelona.

Grupo musical

Otra razón estaba en la pasada Feria de Abril – celebrada en el Fórum, en Sant Adrià del Besós – donde hicieron su presentación pública el grupo musical los Reyes Latinos, formada con miembros de la banda. Financiados por Fedelatina, un conjunto de entidades latinoamericanas, han compuesto y producido algunos temas. Hasta el momento, no los venden, sino que los reparten entre amigos y conocidos a los que solicitan aportaciones económicas. Esperan poder lanzar un nuevo CD.

Tanto los efectivos de la Guardia Urbana como los de los Mossos d’Esquadra han reconocido en los últimos tiempos que los miembros de Barcelona no protagonizan apenas episodios violentos. La presidenta de la Asociación Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Cataluña, Melody, considera que, a pesar de tener un grupo musical y una asociación, siguen siendo Latin Kings. Ésta es la resistencia que han encontrado los servicios del Ayuntamiento para que abandonen sus siglas. Por ello, desde los servicios sociales se sigue trabajando.

Hace escasos meses fue el turno de los Ñetas, que se transformarán en una asociación juvenil con actividades legales. Siguiendo el camino abierto por los Latin, esta banda presentó sus estatutos ante la Generalitat y han pasado a llamarse Asociación Sociocultural Deportiva Prointegración Ñetas. El líder de estos jóvenes en Cataluña, que utiliza el seudónimo de Sagat Torres, aseguró que espera que no vuelvan a reproducirse trifulcas callejeras con los Latin Kings.