Tribunales

Ilegales en la Comunidad de Madrid...

El Mundo, LUIS F. DURAN, 22-06-2007

La Audiencia Provincial ha condenado a los líderes de los Latin Kings en Madrid a 22 años de cárcel y ha ordenado disolver la banda. En Cataluña, en cambio, integran una asociación cultural apoyada desde el Ayuntamiento de Barcelona Los Latin Kings están sentenciados. Desde ayer son un grupo ilegal en Madrid y, por lo tanto, perseguidos por la Justicia. La Audiencia Provincial ha condenado a la cúpula de este grupo por un delito de asociación ilícita y ha ordenado su inmediata disolución. Se les impone una pena de 22 años frente a los 99 que pedía la Fiscalía.


El fallo no deja lugar a dudas: «Procede acordar la desintegración de la Sagrada Tribu América Spain (STAS) de la Todopoderosa Nación de los Reyes y Reinas Latinos (Almighty Latin Kings & Queens Nation: ALKQN) en lo que respecta a la sección o reino establecido en la Comunidad Autónoma de Madrid (Reino Inca)». Consideran los magistrados que esta organización actúa de forma coordinada en la comisión de delitos y en atacar a miembros de grupos rivales como los Ñetas.


La cúpula de la banda, formada por 11 ecuatorianos, ha sido condenada a un total de 20 años de cárcel. Su líder, Eric Javier Velastegui, alias el Padrino, cumplirá una pena de tres años como dirigente de la organización. Velastegui ya se encuentra en prisión tras haber sido sentenciado a 20 años de cárcel por violar a una chica en 2003.


En el caso de Andrés Molina, otro de los cabecillas, el tribunal le ha sustituido la pena de prisión por la de expulsión a su país de origen, Ecuador, y la prohibición de volver a España en 10 años.


La sección XV de la Audiencia Provincial juzgaba desde el pasado mes de mayo a 14 miembros de los Latin Kings por asociación ilícita, lesiones, coacciones y amenazas. En el banquillo se sentaban 13 ecuatorianos y una española.


La sentencia concluye que «la Nación Latin Kings está integrada por una pluralidad de personas y tiene una organización piramidal y jerarquizada». Subraya que se fundó en el año 2000 y que «si bien la organización en un primer momento pudo tener unos objetivos más acordes con la convivencia social y con la defensa de los valores latinos y de ayuda a los emigrantes de países latinoamericanos que llegaban a España, enseguida derivó en una segunda fase hacia conductas violentas».


Los magistrados destacan que se aprecia «una actividad intensa relacionada con la demarcación por la vía de la violencia de territorios con respecto a grupos opuestos». «En definitiva, al haberse acreditado que en la organización se realizaban actos agresivos concretos contra los miembros internos del propio grupo, y ajustes de cuentas contra las bandas contrarias como una actividad primordial de la organización Latin Kings, no cabe más que concluir que tenía como un objetivo fundamental la comisión de actos delictivos», remata el tribunal.


El fallo considera probado que desde que Eric Javier fundó los Latin Kings en Galapagar en febrero de 2002 la banda fue «evolucionando hacia una estructura fuertemente jerarquizada». A Eric Javier le seguían como dirigentes José Fabricio, con la condición de Príncipe y María Torres, como La Madrina.


En un escalafón inferior figuraban Geovanny José Cano, King Cano, y Rafael Marcos Adriano, King Chino Mav, quienes desempeñaban los cargos oficiales de cada uno de los dos capítulos que en un primer momento existieron en el marco territorial de la región.


Entre los Reinos establecidos por la banda figuraban Murcia, Barcelona, Valencia y Madrid. Al Reino establecido en la Comunidad de Madrid se le llamó Reino Inca y al de Barcelona se le denominó Reino Hispano. En Madrid, la banda se subdividía en capítulos que eran las células territoriales básicas, según Europa Press.


Cada capítulo estaba dirigido por cinco oficiales o coronas estructurados, de mayor a menor rango, como inca, cacique, jefe de guerra, tesorero y maestro. En los capítulos, que se reunían semanalmente, se tomaban decisiones sobre la organización: admisión de nuevos miembros, pagos de cuota, régimen disciplinario… También había reuniones de posición, a las que sólo asistían los dirigentes para fijar las directrices a seguir por la Nación en el territorio de un reino.


En cuanto a la economía, la banda se financiaba mediante las cuotas que los miembros aportaban en las distintas reuniones o capítulos, cuya cuantía oscilaba entre 1,5 y 3 euros. Aunque también había otros desembolsos extraordinarios destinados a ayudar a las familias de los Latin en prisión o para sufragar los gastos de los abogados.


Fuentes de la investigación de este caso mostraron su satisfacción por la sentencia, que supone «un espaldarazo» a futuras operaciones contra bandas latinas. Recalcaron además que, desde febrero del año pasado, cuando los condenados ingresaron en prisión, prácticamente han desaparecido los delitos cometidos por bandas en la Sierra, donde operaban estos Latin Kings.


La Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (FENADEE) confió ayer en que la sentencia propicie la transformación de la banda en asociación cultural al igual que ocurrió en Barcelona, donde ha pasado a ser legal como organización para integrar a los inmigrantes. El presidente de FENADEE, Santiago Morales, añadió que la resolución demuestra que se trata de «grupos minúsculos que no representan a la juventud latinoamericana y, en concreto, a la ecuatoriana».


FUNDAMENTOS JURIDICOS DE LA SENTENCIA


«Ha quedado acreditado que la organización de Latin Kings realizaba actos agresivos concretos contra los miembros internos del propio grupo y ajustes de cuentas con las bandas contrarias».


«Si bien en los primeros años no se detectaron actos violentos, a partir de 2004 comienzan a surgir enfrentamientos, fundamentalmente contra la banda de los Ñetas, intentando cada grupo marcar unos territorios propios y desplazar a los contrarios».


«La Nación Latin King está integrada por una pluralidad de personas y tiene una organización muy compleja, vista la estructura piramidal que presenta y la jerarquía que existe entre la diversidad de cargos que integran los distintos capítulos».

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