La ley migratoria se debatirá cuando la Cámara Alta del Congreso termine de debatir el tema energético. Sin embargo, ayer, los demócratas acusaron a los republicanos de alargar el debate, y estos últimos al líder de la mayoría demócrata de querer introducir otros temas en la discusión.

La discusión de la reforma migratoria en el Senado estadounidense deberá quedar para la semana que viene por el retraso en votaciones de otros proyectos, dijeron ayer fuentes legislativas.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, anunció que un voto para limitar el debate y avanzar hacia un sufragio final sobre inmigración tendría lugar al terminar las decisiones sobre un proyecto de ley de energía.

Cuando terminemos ese proyecto (de energía) pasaremos a debatir la reforma migratoria, lo cual pudiera ser entre este fin de semana y la semana que viene, dijo Federico de Jesús, portavoz de Reid. Hasta ayer había esperanzas de que el debate pudiera comenzar esta semana.

Ante la nueva demora, los demócratas acusaron a los republicanos de retrasar el debate sobre energía. Y los republicanos acusan a Reid de incluir un proyecto sobre sindicatos en la agenda legislativa, entre los de energía y inmigración.

Si se ponen de acuerdo para limitar el debate a principios de la semana, los legisladores tendrían que votar la reforma en el pleno en las 30 horas siguientes. Para eso se necesita el voto de 60 senadores.

El polémico proyecto de reforma legaliza a 12 millones de inmigrantes ilegales, crea un programa de trabajo temporal y refuerza la seguridad fronteriza.

Sin embargo, ayer continuaban las negociaciones de una veintena de enmiendas al proyecto de ley que pretende generar las simpatías necesarias para que la reforma pueda ser aprobada.

Lo que sí es seguro es que cuando el pleno del Senado retome el debate migratorio la próxima semana, los conservadores habrán conseguido colocar en la discusión algunas enmiendas para restringir, o incluso eliminar, los beneficios migratorios para los inmigrantes indocumentados.

Por otra parte, también aquellos que buscan más beneficios tendrán su oportunidad.

Ayer, el gobierno del presidente George W. Bush se pronunció firmemente en contra de una de ese tipo de iniciativas.

Los senadores Charles Grassley (republicano) y Barack Obama (demócrata) preparan una enmienda para hacer que el proyecto de reforma migratoria sea menos estricto con los empleadores.

Michael Chertoff, secretario de Seguridad Interna, envió una misiva a los senadores el martes por la noche en la que les dijo que la enmienda sería un grave retroceso en nuestro esfuerzo por hacer cumplir la ley.
Beneficios de migración

Asimismo, se conoció un estudio elaborado por el Consejo de Asesores Económicos del presidente George W. Bush que destacaba el impacto positivo que tiene la inmigración en la economía de Estados Unidos y en los ingresos de los trabajadores estadounidenses nativos.

En concreto, el estudio revela que el aumento en los ingresos de los estadounidenses procedente del rendimiento de los inmigrantes se sitúa en más de $30,000 millones al año.

En este contexto, la inmigración ha incrementado la media de los salarios de los ciudadanos estadounidenses entre un 0.7% y un 1.8% desde 1990, gracias, entre otras cosas, a que su aportación aumenta la producción total de la economía.