Desatención a rumanos
La Vanguardia, , 20-06-2007JULIA HUICI Barcelona
Un consulado es la representación de un país en el extranjero. Por tanto, su obligación es atender y acoger a sus conciudadanos.
No es éste el caso del consulado de Rumanía, con sede en la calle Sant Joan de la Salle. No sólo los tienen hacinados y sentados en el suelo en una calle lateral, impidiendo que se refugien en el jardín o en la torre, helándose en invierno o asándose en verano, con un gran número de niños y cochecitos, sino que ni siquiera disponen de lavabos. Así, los vecinos de la calle lateral se encuentran con algo tan desagradable y prohibido por las ordenanzas como hombres y niños haciendo sus necesidades en las paredes y puertas de sus casas.
Creo que un cónsul y sus ayudantes están para algo más que para despachar papeles. Los sufridos vecinos de la calle Alcoi, ante las aglomeraciones y problemas para pasar con el coche, sin olvidar que, cuando cierra el consulado, la calle parece un vertedero de pañales, botes y papeles, hemos denunciado los hechos al Ayuntamiento y, cómo no, al propio cónsul, sin recibir respuesta. Nos parece tercermundista que un cónsul trate así a las personas a quienes representa.
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