La denuncia que no hizo Javier Sardá: el Gobierno español niega a diario visados a cubanos
Gara, , 20-06-2007El cinismo de los medios es particularmente alarmante cuando se tratan temas relativos a la emigración
La Embajada cubana en Madrid no le había negado el visado. Simplemente estaba demorando su respuesta, lo que el megalómano presentador aprovechó para organizar uno de sus clásicos montajes. Sardá se presentó como víctima de un gobierno maniático y dictatorial que le castigaba por haber criticado a su presidente en su anterior bazofia televisiva llamada «Crónicas Marcianas».
La noticia – junto a otros exabruptos, exageraciones y embustes contra Cuba por parte del presentador – llegó a varios millones de personas a través de todo el aparato mediático.
Un mes después, a dos especialistas cubanas en el tratamiento del virus del SIDA el Gobierno español les denegó por segunda vez en un año el visado de entrada a España. Asociaciones de solidaridad con Cuba llevaban meses preparando una interesante gira de conferencias y encuentros, que quedó truncada por segunda vez, con parte de los gastos ya realizados. La denuncia de estos colectivos no fue publicada en ningún medio de prensa de gran tirada. No fue radiada, ni fue entrevistado en televisión miembro alguno de dichas asociaciones. Hasta la fecha, las dos profesionales cubanas, María Julia Fernández y Norma Guillord, no han acusado al presidente Zapatero de violar sus derechos humanos ni de presidir una dictadura.
Tampoco el presentador Javier Sardá convocó una rueda de prensa para denunciar esta arbitrariedad. Mucho menos para recordar que el Gobierno español, como el resto de los gobiernos de los países enriquecidos, violan sistemáticamente el derecho humano a la movilidad de las personas con sus leyes de extranjería.
Ningún medio de comunicación ha realizado un seguimiento periodístico de la gigantesca y reiterada violación de los derechos humanos de cubanos y cubanas que se acercan en busca de visa al Consulado español en La Habana. El Gobierno español, de manera sistemática, todos los días del año, prohíbe viajar a poetas, artistas, científicos o sencillamente a familiares de personas cubanas residentes en la Península Ibérica, sin que ninguno de ellos haya osado siquiera criticar al presidente del Gobierno español.
El cinismo y desvergüenza de los medios de comunicación españoles en la información sobre Cuba es particularmente alarmante en los temas relacionados con la emigración. Y es muestra de que bajo su concepto de libertad de prensa se esconden la censura, la manipulación y la mentira programada.
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