Si el panorama internacional es desolador, en el paisaje patrio también pintan bastos. El Gobierno español ha denegado el 92% de las solicitudes de asilo presentadas en 2006 por lo que únicamente 168 personas lograron el estatuto de refugiado y otras 188, la protección complementaria.

El número de solicitantes de asilo político también ha caído en picado. Según los datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), en 2006, se realizaron 5.297 peticiones, lo que supone casi la mitad de las 9.490 de hace cinco años. El blindaje de las fronteras europeas está provocando que los solicitantes de asilo no puedan alcanzar la UE y no consigan salir del Tercer Mundo.

«El asilo es el gran sacrificado en la lucha contra la inmigración irregular. España está firmando acuerdos diplomáticos con los países africanos para que controlen la salida desde sus costas. Las dificultades para pedir asilo son cada vez mayores», denunció ayer Mauricio Valiente, coordinador del informe anual de la ONG que se presentó ayer en Madrid. Desde Cear alertan de que el derecho de asilo se interpreta de manera restrictiva y no prevé nuevos tipos de persecución: personas que huyen por motivos de género o que se han visto obligadas a emigrar por una catástrofe natural. Cear pidió al Ejecutivo que cee un sistema de protección por crisis humanitarias y para los desplazados de Irak.

El informe anual el descenso de las solicitudes en Ceuta y Melilla, por la subida de la valla fronteriza con Marruecos hasta seis metros. Por el contrario, en Canarias, las peticiones de asilo han aumentado de 81 a 366 desde que se permite la entrada de las ONG a los centros de internamiento.

Colombia es de donde salen más refugiados hacia España (2.239), seguido de Nigeria (632), Marruecos (281) y Costa de Marfil (236). Un dato positivo es que ha cercido el porcentaje de solicitudes admitidas a trámite del 42% en 2005 al 58% de 2006.