La muerte de Mihai Ducoi
Indignación y perplejidad entre los vecinos de Getxo por el fallecimiento de un indigente rumano en un incendio
El Correo, , 19-06-2007JAVIER D. GAVIRIA/GETXO
El cadáver del indigente fue localizado en la medianoche del domingo cuando el aire aún olía a bolsas y maderas quemadas. Es lo que alertó a los vecinos, quienes comprobaron que salía humo del segundo piso de una casa abandonada en la algorteña calle Sarrikobaso. Tras extinguir las llamas, los bomberos descubrieron el cuerpo sin vida de un hombre rumano. Mihai Ducoi, de 55 años, pereció intoxicado a causa de un fuego accidental que llenó sus pulmones de aire mortal, generado por plásticos calcinados.
La Ertzaintza le identificó por su huellas dactilares y porque en su historial contaba con antecedentes por robo en 2006. Para los vecinos, Ducoi era una incógnita. «Creo que vivía en el edificio desde hace un mes, pero nadie le conocía», aseguró María José Fernández, residente en la zona. Otro vecino relataba ayer que hace unos días su hermana vio como alguien «rondaba la puerta del edificio por la noche, pero jamás pensé que alguien podía vivir allí».
En los bares y establecimientos de Sarrikobaso todos hablan del suceso que acabó con la vida de Ducoi, el rumano misterioso. La sensación palpable está entre la condena «por permitir que alguien viva en esas condiciones», y la perplejidad por lo ocurrido en una casa que todos daban por deshabitada, como relata María Jesús, otra residente.
«17 años discutiendo»
También existe una enorme indignación. Es el caso de una de las propietarias del edificio siniestrado: «esta situación se veía venir. En enero del año pasado se colaron 16 okupas con 5 perros», subrayó. Según relata, llevan «17 años discutiendo con el Ayuntamiento de Getxo sobre la mejor alternativa para esos terrenos, pero no podemos hacer nada porque hay en marcha desde entonces un plan de ordenación urbanística que nos impide vender los inmuebles». Y son tres las casas que hay en la zona, en pleno corazón urbano de Algorta.
Después de la muerte de Ducoi, tanto propietarios del inmueble como vecinos de la zona piden al Consistorio que arregle la situación de los edificios que se ubican entre los números 9 y 11 de Sarrikobaso. «Lo que prometieron que iba a ser un jardín, ahora es una basura», protestó ayer una de las personas afectadas.
Lo peor es que la muerte de Ducoi pesa mucho. Se suma a la sucedida hace una semana en Bilbao, cuando otro rumano de 50 años apareció muerto en la planta de reciclaje de la empresa Papeles Nervión, después de ser trasladado en el contenedor de cartón donde se había guarecido.
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