CP San Jorge: un modelo a seguir

Diario de Noticias, 19-06-2007

El colegio público San Jorge está sentando cátedra. Las innovadoras actuaciones que ha ido desarrollando durante estos últimos años con el objetivo de favorecer la integración de sus alumnos han servido de ejemplo para los responsables de varios centros escolares no sólo de Navarra sino también de otras CCAA, que lo he han visto como un modelo a seguir y han aplicado estos proyectos en sus aulas. Pero además de ser una referencia para sus iguales, sus novedosas ideas han logrado el reconocimiento del Ministerio de Educación y Ciencia en forma del Premio de Compensación Educativa. Un galardón que la ministra del ramo, Mercedes Cabrera, les entregó el pasado 5 de junio en Madrid y del que tanto los padres como los profesores del colegio se sienten muy orgullosos. “Nos hubiese venido bien recibir algo de dinero, pero lo importante es que nos hayan reconocido nuestro trabajo y nos hace seguir adelante”, asegura el director del centro, Juanjo Aragón.

Una de las iniciativas de más calado son las aulas de tarde, servicio que este colegio oferta desde hace seis años. Tanto es así que el MEC ha puesto en marcha a nivel estatal el plan PROA con la finalidad de servir como refuerzo al estudio y que tiene como punto de partida las aulas de tarde impulsadas por el centro pamplonés. Este proyecto consiste en que aquellos alumnos que lo necesiten puedan acudir cuatro horas a la semana por las tardes para realizar las tareas o recibir un apoyo específico por parte de los profesores. La idea, según cuenta Aragón, “surgió de la manera más simple”. “Comenzamos a detectar esta necesidad entre algunos alumnos que carecían de espacio suficiente para estudiar en casa, que tenían padres trabajando todo el día o que necesitaban acelerar su proceso de adaptación en el centro”, explica Aragón.

Pero lo que comenzó siendo para unos pocos se ha convertido en un servicio que cuenta con una gran acogida. De hecho, este curso ha contado con la presencia de 60 alumnos. “Al principio se hizo en plan altruista, pero luego Educación lo hizo suyo y le dio más cuerpo, aunque aún quedan cosa por mejorar”, señala Aragón. En el centro no han tenido ningún problema para organizarse y los profesores que se hacen cargo de las aulas de tarde no imparten más horas que el resto. “La disposición de todos ha sido perfecta”, señala.

Pero las aulas de tarde no ha sido la única actuación ejemplar impulsada por el colegio San Jorge. Este centro también facilita ayudas para las familias más necesitadas a través de microcréditos, cuenta con una loable organización interna para incorporar de la mejor manera posible a toda la población que va llegando de fuera (durante este curso han sido 70 personas) y fomenta el alquiler de libros de texto de 3º a 6º de Primaria “para que no tengan la necesidad de comprarlos”. El futuro, seguir trabajando en esta línea y apostar por las nuevas tecnologías. “Estamos pensando en colgar los libros de texto en Internet para que todo el mundo tenga acceso a ellos y hacer un libro con una estructura distinta. También estamos iniciando un plan de informática para niños de 3 a 6 años”, explica Aragón.

diversidad en las aulas

“El colegio San Jorge es una escuela del hoy, no del ayer”

El colegio San Jorge acoge a unos 500 alumnos, de los que entre un 50% y un 53% proceden de otros países. Sin embargo, para su director estos porcentajes lejos de ser un inconveniente él los considera enriquecedores. “No me fijo si un alumno es foral de toda la vida, de otro punto de España o de Ecuador”, indica Aragón, que asegura que “somos una escuela del hoy, no del ayer. La diversidad que tenemos aquí es enriquecedora y creo que los alumnos que no van a este colegio u a otros que también cuentan con esta diversidad se pierden este tipo de aprendizaje”. Para Aragón, lo importante de la educación es lo que no se aprende en los libros: “la formación de la persona es un valor importantísimo; no hay nada que le iguale”.

En este sentido, Aragón considera “una barbaridad” hablar de reparto de inmigrantes al igual que decir que se pueden crear guetos. “Una escuela nunca será un gueto”, sentencia y dice “los niños no arrastran nada y entre ellos se crean unos lazos increíbles. Fomentamos la escuela de la vida, de la convivencia. Esta diversidad es la que se van a encontrar en la sociedad”.

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