El armador del pesquero ‘Nuestra Madre de Loreto’, el alicantino de la localidad costera de Santa Pola, José Durá, se mostró ayer «muy aliviado» tras el desembarco, la pasada madrugada en el puerto de Trípoli, de los 26 inmigrantes – uno de ellos fallecido – rescatados el miércoles por esta embarcación a 90 millas de Libia.

Durá, que protagonizó una situación similar hace casi un año a bordo del pesquero ‘Francisco y Catalina’, que entonces rescató a 51 inmigrantes subsaharianos a cien millas de Malta, reconoció ayer que durante estos días ha sentido «cierta incertidumbre por lo que pudiera pasar».

En su caso, la falta de acuerdo en la negociación entre los distintos gobiernos que estaban implicados hizo que la situación se prolongara durante una semana, hasta que las autoridades de Malta permitieron el desembarco de los 51 subsaharianos. En esta ocasión, sólo han pasado tres días hasta que Libia se ha hecho cargo de los inmigrantes, pero este tiempo lo ha vivido el armador con «incertidumbre, en espera de que hubiera una solución». «Sufres porque es gente de la tuya», aseguró Durá , quien reconoció sentirse «muy aliviado» porque todo se haya solucionado.

Entre lágrimas

Los inmigrantes desembarcaron sin apartar la vista del pesquero, entre lágrimas y preguntando con la mirada a la tripulación «¿dónde nos habéis traído?», según explicó ayer el patrón José Luis Sestayo, quien dejaba entrever una preocupación: «Los chavales», todos ellos «muy educados», van a estar «peor» en Libia de lo que lo han estado los últimos tres días en el pesquero alicantino, donde han compartido los 27 metros de eslora del barco y las provisiones con sus catorce tripulantes. El patrón de pesca recordaba ayer que muchos estuvieron esos 40 minutos en tierra llorando, que otros se resistieron a ser llevados a los coches, y que parecía que con la mirada les preguntaban: «¿dónde nos trajisteis?».

Respecto a las pérdidas, Durá dijo que no serán demasiadas, porque sólo se ha interrumpido el trabajo durante tres o cuatro días, y añadió que en cuanto los pescadores del ‘Nuestra Madre de Loreto’ reúnan los víveres que necesitan, saldrán a faenar de nuevo.