El Juzgado de Menores de Melilla cerró el año 2006 con un total de 211 denuncias interpuestas contra supuestos autores de entre 14 y 18 años, una cifra superior a la registrada en 2005, con 192 casos. Sin embargo la tendencia actual es a la baja ya que en lo que va de 2007 sólo se han tramitado 63 denuncias contra menores lo que, de seguir así el resto del año, se registraría la cifra más baja de los últimos años.

En cuanto a los delitos de los que se acusa mayoritariamente a los menores, según datos de la Fiscalía destacan por las lesiones y los robos, «a todas horas con o sin violencia», así como el tráfico de droga a menor escala, el denominado menudeo. A esto hay que añadir «los frecuentes atentados» contra efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya que, según explica la fiscal de menores de Melilla, Cristina Sánchez, «ya que es habitual que se resistan ante las detenciones, cometiendo delitos de resistencia o desobediencia a la autoridad, que a veces quedan en meras faltas». Por contra hay delitos que en puntos de la península están al alza y que tienen poca incidencia en la ciudad. Así, en el último año no se ha registrado en Melilla ninguna denuncia relacionada con estafas electrónicas o piratas informáticos. Tampoco son habituales los casos de abuso sexual, maltrato familiar u homicidios, con sólo un juicio en el último año.

Aunque no puede decirse que haya una edad determinante para la comisión de delitos en el ámbito de la jurisdicción de menores, que comprende los delitos cuyos autores cuentan entre 14 y 18 años, lo cierto es que entorno a los 16 giran más acciones delictivas, aunque según relata la fiscal de menores, «cometer delitos los cometen todos, desde el que tiene 14 años recién cumplidos, hasta el que le falta un día para alcanzar la mayoría de edad».

Sobrecarga de denuncias

Lo que así ha constatado la fiscal Cristina Sánchez es el alto número de denuncias que se registran ahora en los juzgados. En su opinión, «ahora se denuncia todo». Así, mientras en otro tiempo cualquier pelea que no causara lesiones era raro que acabara en los tribunales, ahora «llegan acciones a los tribunales que bien podían solventarse por la vía pacífica». En cuanto a la nacionalidad, obviamente la mayor parte de los que cometen delitos en la ciudad son españoles, aunque según datos del Juzgados de Menores hay una importante presencia de «marroquíes y argelinos» y una casi nula de ciudadanos residentes en la Unión Europea, con sólo un caso de un menor belga.

Tampoco puede hablarse de la existencia de un perfil tipo del delincuente juvenil en la ciudad, ya que hay menores que «delinquen porque no tienen nada mejor que hacer», según Sánchez, que frente al desarraigo familiar, que puede llevar a la comisión de delitos sitúa como un factor clave «las relaciones fuera del hogar».