La renovación de la corporación municipal dará cabida a nuevas delegaciones, según el alcalde, Francisco Jódar. Se pretenden crear nuevos departamentos, y otros, ya existentes, se incluirán en delegaciones que ampliarán sus cometidos «para ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos».

La intención de Jódar también es potenciar algunas de las existentes que en la última legislatura, según el alcalde, han tenido un protagonismo menor de lo que merecen. Es el caso, según ha explicado, de la de la Mujer. «Hay que potenciarla con nuevos contenidos. Pienso que es una delegación que merece mucha más atención».

El alcalde también tiene previsto crear un área que contemple el Medio Ambiente. Dentro de las nuevas expectativas previstas está una concejalía única y exclusivamente dedicada a los mayores. «Vamos a crear una Concejalía del Mayor que abarque todas sus necesidades y pretensiones», añadió.

Igualmente, todo lo que concierne a la inmigración estará incluido dentro de un apartado especial que pretende incluir el nuevo alcalde entre las delegaciones que se crearán. «Vamos a crear un apartado municipal que bajo el nombre de Observatorio de la inmigración pretende dar solución a una serie de problemas que preocupan mucho a la población».

Inmigrantes

Y añadió que «en este aspecto queremos trabajar para evitar situaciones que se están dando en determinadas pedanías y de las que veníamos alertando desde hace mucho tiempo». En pedanías como Ramonete la concentración de inmigrantes llegó a generar hace unos meses continuas quejas de los vecinos.

Ello provocó una actuación de los distintos efectivos de seguridad que procedieron al levantamiento de los campamentos ilegales de inmigrantes. La alerta, días antes, de la operación policial, provocó la marcha de la mayor parte de los extranjeros indocumentados. Para muchos vecinos la situación no ha llegado a su fin, ya que reclaman que los que aún permanecen en la zona lo hagan en viviendas dignas y no en chabolas de cañas y plásticos en medio de las montañas. «Necesitan conocer nuestras costumbres y adaptarse, en cierto modo, a la vida en nuestro país, muy diferente a la que han llevado en sus países de origen», reclaman algunos vecinos.

«No tienen que cambiar sus costumbres, pero no cabe duda que tienen que darles un giro. Sus hijos tienen que estar escolarizados como los nuestros y respetar las normas de convivencia», señalan. Las mayores quejas vienen provocadas por las basuras que se generan en los aledaños de sus viviendas y por los robos que se suceden en épocas puntuales del año. «Desde hace años nuestras viviendas están, día y noche, cerradas a cal y canto. Ya no podemos tender en la calle como lo hacíamos antes», dicen.

El casco urbano

Estos problemas son muy diferentes a los que se suceden en pleno casco urbano de la Ciudad. En él, las quejas vienen provocadas por los ruidos. Música alta, fiestas hasta altas horas de la madrugada, peleas y abusivo consumo de bebidas alcohólicas.

Algunas de estas situaciones se han intentado atajar en los últimos años con continuas campañas por parte de concejalías como la de Servicios Sociales. «Creo que hemos avanzado algo en este aspecto, ya que las quejas por ruidos y el consumo de alcohol en la población inmigrante ha descendido. Hace algún tiempo era casi un clamor», señala el ex – concejal de Servicios Sociales.

Otra situación, para la que se busca una solución, es el maltrato que sufren muchas mujeres inmigrantes. Las denuncias se multiplican, como también la retirada de éstas sólo unas horas después. En los juzgados estos asuntos se amontonan con la consecuente indignación de que tras efectuarse todo el papeleo y procedimiento, muchas víctimas pidan la retirada de la denuncia e incluso nieguen hechos que poco antes, sólo unas horas, habían contastado.