Miranda
Más de un millar de inmigrantes recurre a Cáritas en su primer contacto con Miranda
La mayor parte de los usuarios de este servicio son de origen africano y su perfil responde de forma significativa al de mujeres jóvenes Su servicio de asesoría jurídica es uno de los más solicitados
El Correo, 17-06-2007El fenómeno de la inmigración se ha dejado sentir, y mucho, en Cáritas. El hecho de que más del 10% de la población mirandesa no sea de origen español ha supuesto una gran cantidad de trabajo para esta entidad religiosa, que trata de solucionar en la medida de lo posible los problemas con los que los inmigrantes llegan a la ciudad.
En total, la asociación ha registrado a 1.009 personas en su programa destinado a extranjeros en el último año, que responden mayoritariamente a un mismo perfil. Se trata, sobre todo, de jóvenes, mujeres y de origen africano. Además, no hacen una única consulta sino que acuden con frecuencia a la sede de Río Ebro para exponer sus problemas a trabajadores y voluntarios de Cáritas, por lo que su trabajo se ve multiplicado día tras día.
La mayor preocupación de los inmigrantes que van a esta asociación es la regularización de los papeles y permisos de residencia, por lo que los contactos con embajadas y consulados desde las instalaciones de la asociación son contínuas y diarias.
Esta cifra de atención de inmigrantes es prácticamente la misma que en 2005, donde hubo una variación de sólo tres personas. Sin embargo, el llamado «efecto reclamo» se ha notado en la comparativa con otros años. Basta con observar que el aumento de usuarios es de un 32% entre 2003 y 2005.
«Se disparó el número de personas atendidas el año pasado por el efecto llamada y ahora seguimos en la misma línea», comenta el presidente de la entidad de ayuda humanitaria, José Antonio Pobes.
Asesoría y clases
Uno de los servicios que más demanda tiene dentro del programa de inmigrantes es el de la asesoría jurídica, al que ha recurrido prácticamente la mitad de los usuarios. Los números hablan por sí solos. Las 474 personas atendidas dejan de manifiesto cuáles son las necesidades con las que los extranjeros llegan a la ciudad.
Para atenderles, se cuenta con una abogada y una trabajadora social, que se encargan de pedir la documentación necesaria a las instituciones pertinentes e intervienen también en asuntos de índole laboral y social que les afecta. Centro de los servicios que tiene una buena acogida es el de la enseñanza del idioma español, en el que participan cuatro profesores que enseñan a sus alumnos, un centenar, a adquirir conocimientos básicos sobre la vida en Miranda y en España en general.
«El objetivo aquí no es aprenderse El Quijote sino desenvolverse en la vida y en el país donde han llegado. Necesitan – añade – salir a la calle y saber decir lo básico para comprar y atender sus necesidades», explica Pobes.
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