GENERAL

«¿Dónde nos habéis traído?»

Los 'sin papeles' rescatados por un barco español frente a Libia desembarcaron en Trípoli con lágrimas en los ojos

El Correo, EL CORREO, 17-06-2007

Los 25 inmigrantes rescatados el pasado miércoles por el pesquero alicantino ‘Nuestra Señora de Loreto’, a 90 millas de la costa de Libia, desembarcaron en la madrugada de ayer en Trípoli asustados y con los ojos bañados en lágrimas. Tomaron tierra con el cadáver de otro joven que también viajaba con ellos en la patera, preguntándose a dónde les habían llevado, pues hasta el último momento albergaron la esperanza de que les dejarían en Europa. «Con la mirada preguntaban: ‘¿Dónde nos habéis traído?’», relató el patrón del barco, José Luis Sestayo.

En una conversación telefónica, Sestayo se confesó preocupado por la suerte que correrán los ‘sin papeles’, de edades comprendidas entre los 18 y 25 años. El pescador pronosticó que lo pasarán «peor» en Libia que en los escasos 27 metros de eslora de la embarcación española, un espacio reducido que han tenido que compartir durante tres días con catorce tripulantes.

La Policía libia y el cónsul español esperaban en el puerto a los inmigrantes, que permanecerán detenidos durante varios días antes de que el régimen de Gadafi decida qué hacer con ellos. Entretanto, el ‘Nuestra Señora de Loreto aprovechó la ocasión para aprovisionarse, pues llegó muy justo de alimentos y combustible después de haber intentado atracar la víspera en Trípoli, sin conseguirlo.

José Luis Sestayo y los demás pescadores querían reanudar cuanto antes la campaña de la quisquilla. En principio, no tienen previsto regresar a la localidad alicantina de Santa Pola hasta el 8 ó 10 de julio.

Risas y fútbol

El patrón relató que, desde la noche del miércoles, cuando la patera fue rescatada en alta mar, los inmigrantes «se reían, hablaban como podían sobre fútbol y ojeaban una revista que teníamos». La comunicación se realizaba por señas y con unas pocas palabras en inglés, pero «se les notaba contentos, porque pensaban que les llevaríamos a Italia o a España». Los ’sin papeles’ eran muy educados y «no montaron ninguna discusión ni dijeron una palabra más alta que otra».

Sin embargo, al divisar la costa de Trípoli, con las autoridades libias esperándoles, la moral de los inmigrantes se derrumbó. Un grupo de funcionarios subió a bordo, los agrupó en cubierta y los interrogó durante diez minutos. A continuación, permanecieron sentados en el muelle por espacio de tres cuartos de hora, hasta que llegaron varios vehículos y se los llevaron.

Según José Luis Sestayo, los jóvenes «miraban todo el rato» el pesquero. Algunos lloraban; otros se resistían a subir a los coches policiales. Interrogaban con la mirada a la tripulación del pesquero, que contemplaba la escena sin poder hacer nada. Horas después, el patrón aseguró que quería zarpar de Trípoli «cuanto antes».

Sestayo es consciente de que, cada año, cuando comience una nueva campaña de quisquilla, el ‘Nuestra Señora de Loreto’ podrá encontrar más pateras en alta mar; sobre todo en los periodos de «calma y de anticiclones». «¿Qué le vamos a hacer? No se les puede dejar morir».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)