Navarra cuenta actualmente con 21 hogares de acogimiento residencial para menores con dificultades, con 169 plazas, gestionadas por cinco ONG y financiadas por la Administración foral. Por ellos pasaron el año pasado 378 niños y adolescentes. Las cifras han ido creciendo con los años, tal y como explicó ayer la directora de Familia, Loren Albéniz, en una jornada de la Asociación Nuevo Futuro.
La asociación navarra, que gestiona 9 de esos hogares con 64 plazas, organizó en Civican la jornada Evolución y nuevas tendencias en la atención a menores en dificultad social, con motivo de sus 35 años de existencia. Actualmente gestiona programas de cooperación en varios países (Perú, Honduras, Cuba, etc.) y colabora en la gestión de adopciones internacionales (159 niños adoptados en 1997 – 2006).

En el acto participaron Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor en Madrid, Loren Albéniz, directora general de Familia en el Gobierno foral, Begoña Salas, pedagoga, y responsables de Nuevo Futuro, como su directora, Elena Vizcay, y la responsable de la sección de Adopciones Internacionales, Susana Irisarri.

Albéniz explicó la evolución del acogimiento residencial en Navarra y el papel jugado por el Plan foral de Atención a la Infancia (2002 – 2006). Indicó también que actualmente se está realizando un estudio sobre los recursos asistenciales, cuyos resultados se esperan para octubre.

Sobre estos recursos, indicó que están organizados para poder acoger a un total de 169 menores en dificultad o conflicto social y a 10 menores con medida judicial penal de internamiento.

Plazas y nuevas situaciones

Las plazas se distribuyen entre 5 organizaciones concertadas: Nuevo Futuro (64 plazas en 9 hogares); Xilema (40 plazas en 5 hogares más un centro de acogida de urgencia de 0 a 12 años); Sin Fronteras (29 plazas en dos residencias); Fundación Ilundáin (10 plazas para chicas en un centro y otro centro para acogida de urgencia entre 13 y 18 años); y Dianova (4 plazas en 1 centro).

Destacó nuevas tipologías asociadas a la inmigración y a las crecientes crisis familiares, una mayor conflictividad en chicas y la aplicación de la Ley Penal del Menor. A la vez resaltó el aumento de recursos – de 6,9 millones de euros en 2006 a más de 11 en 2007 – , el descenso del ratio educador – menores y el menor tiempo de estancia media en los hogares: de 5 años a menos de tres.