El Gobierno de Libia autorizó al pesquero español Nuestra Madre de Loreto con 26 inmigrantes a bordo, uno de ellos muerto, dirigirse al puerto de Trípoli. El barco, que se encuentra a unas doce millas de la capital libia, está autorizado para acercarse a «la zona de control» de las instalaciones portuarias.

Los inmigrantes, de edades comprendidas entre los 18 y 25 años, fueron rescatados el miércoles después de que naufragara la patera en la que viajaban.

El pesquero de Santa Pola se percató de la presencia de una pequeña lancha motora que portaba una luz y estaba a la deriva. Esta embarcación se acercó al pesquero e, incluso, colisionó causando algunso daños en el motor. A continuación, uno de los inmigrantes se lanzó al mar y se dirigió a nado hacia el barco pero las fuertes corrientes le arrastraron obligando a la tripulación a acudir en su auxilio.

El resto permaneció durante toda la noche en la lancha motora. Con las primeras luces del día, se arrojaron al mar y tuvieron que rescatarlos uno a uno. Uno de ellos falleció al volcarse la lancha y quedar hundido en el mar debajo de sus compañeros. En un principio, las autoridades libias se negaron a acogerlos, por lo que se pusieron en contacto telefónico con un médico de Madrid para que les indicaran las instrucciones necesarias para conservar el cuerpo sin vida del inmigrante.

El armador del pesquero, José Durá, manifestó que la «falta de colaboración e información entre los gobiernos hace que te pienses rescatar a estas personas». «Tienes que ir buscándote la vida, llamando a éste y al otro, informándote aquí y allá», denunció.