GENERAL

El pesquero con 25 'ilegales' se dirige a Trípoli sin saber si podrán desembarcar

Las autoridades libias rectifican y autorizan al barco español a aproximarse a la zona portuaria de la capital

El Correo, EL CORREO, 16-06-2007

El pesquero español ‘Nuestra Madre de Loreto’, que el pasado miércoles rescató a 25 inmigrantes de una patera a la deriva, se dirigía a última hora de ayer a Trípoli después de que las autoridades libias autorizasen su aproximación a la zona de control portuaria. Fuentes diplomáticas, sin embargo, no confirmaron si los responsables de aquel país africano habían autorizado desembarcar a los ‘ilegales’.

«Hay señales positivas y esperanzadoras por parte de Libia y han autorizado que el barco pueda ir hacia el puerto de Trípoli», cuya llegada estaba prevista en torno a las tres de la madrugada (hora española). Entretanto, los responsables del Gobierno español proseguían las gestiones para obtener una respuesta definitiva por parte de las autoridades libias sobre el destino de los ‘sin papeles’.

Si se confirma la llegada a Trípoli de la embarcación, las negociaciones mantenidas durante la mañana por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con los gobiernos de aquel país y de Italia, así como con las autoridades de la Unión Europea, habrían dado sus frutos. La ‘patata caliente’ cayó ayer en manos libias, pese a las reticencias mostradas el día anterior por las autoridades de este país, que negaron el atraque al ‘Nuestra Madre de Loreto’. Los ‘sin papeles’, ajenos a que su futuro inmediato se estuviese discutiendo a tan altas instancias, permanecían ayer «tranquilos» y con buen estado de salud. Su comportamiento es «muy bueno». «Obedecen a todo y de momento se portan bien», señaló Sestayo.

«Uno que habla un poco de inglés, nos preguntó la primera noche que cuánto faltaba para llegar a España», señaló el patrón de la embarcación, José Luis Sestayo. No le sacaron de dudas; de hecho decidieron mantener sus esperanzas y les trasladaron a la segunda cubierta para que no pudieran ver las luces del puerto de Trípoli, antes de que se frustrase el primer intento de atraque. Sestayo no se mostraba partidario de su traslado a Libia después del «mal trago» que tuvieron que pasar al hundirse su patera.

Angustioso rescate

José Dura, el armador, relató ayer las sobrecogedoras circunstancias del rescate. Según dijo, la tripulación se percató cerca de la medianoche de la presencia de una pequeña lancha motora a la deriva, que portaba una única luz. Desesperados, sus ocupantes se aproximaron al pesquero hasta chocar con su casco.

A continuación, uno de los inmigrantes se arrojó al mar con una garrafa en la mano y se dirigió al barco. Las fuertes corrientes le arrastraron y los pescadores tuvieron que rescatarle. Sus compañeros permanecieron toda esa noche en la lancha, amarrada al pesquero. Con las primeras luces del día, los inmigrantes se arrojaron al mar y los marineros les fueron subiendo a bordo uno a uno. Uno de ellos falleció; se ahogó debido probablemente a su cansancio y al mal estado de la mar. Su cadáver viaja en el congelador del buque.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)