Tras el aumento de la vigilancia en las costas de Africa occidental, las mafias retoman con fuerza la ruta de Libia Todavía no ha comenzado el verano y en menos de un mes dos buques españoles se han visto obligados a rescatar inmigrantes en alta mar y han tenido serios problemas para desembarcarlos ante la falta de solidaridad de los países más cercanos.

La situación se puede volver a repetir, ya que tras la operación de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) en aguas de Mauritania y Senegal, las mafias parecen haber retomado con fuerza la ruta de Libia, una de las principales vías de entrada en el continente europeo. El flujo de cayucos que arriba a las islas Canarias ha descendido notablemente a lo largo de 2007 con respecto al año pasado, cuando se batieron todos los récords.

Los inmigrantes rescatados el jueves por el pesquero Nuestra Madre de Loreto han declarado que proceden de Sierra Leona, Nigeria y Costa de Marfil. Habitualmente, los subsaharianos de estos países solían tomar el cayuco con destino al archipiélago canario. En esta ocasión, han preferido atraversar el desierto del Sáhara para llegar a Libia y, de ahí, dar el salto a las costas italianas.

De hecho, el capitán del barco de Santa Pola, José Luis Sestayo, aseguró a este diario que las aguas del Mediterráneo están repletas de numerosas embarcaciones con sin papeles a bordo. «Por la telefonía escuché que varias avionetas de reconocimiento habían alertado de que en la zona en la que tuvimos el percance hay 43 pateras más como la que nosotros rescatamos. Sabiendo esto, no entiendo por qué no hay nadie que venga y así evitar problemas», reivindica.

Los pescadores de Santa Pola consideran que la comunidad internacional debería establecer unos mecanismos para sobrellevar estas situaciones de necesidad humanitaria. José Durá, el armador del pesquero, que ya rescató a 51 inmigrantes el año pasado frente a Malta, denunció ayer que la «falta de información y colaboración de los gobiernos» puede hacer replantearse a muchos marineros nuevos rescates.

En los últimos 11 meses, los pesqueros españoles han salvado la vida a más de 800 sin papeles, tanto en las costas mediterráneas como en las del Africa occidental. Sin embargo, una vez auxiliados y en prácticamente todos los casos, han hecho falta días de intensas negociaciones diplomáticas para ver en qué países se hacía el desembarco y la posterior repatriación, informa Efe.