Libia prohíbe atracar al barco alicantino con los 26 inmigrantes rescatados
La Vanguardia, , 15-06-2007SALVADOR ENGUIX – VALENCIA.
-Las autoridades libias rehusaron dar el permiso de entrada y atraque al barco pesquero Nuestra Madre de Loreto,con base en Santa Pola, que en la noche del miércoles rescató a 26 inmigrantes cuando faenaba a 90 millas de la costa de Libia en la pesca de gamba y quisquilla.
En un principio, el barco tenía previsto llegar en la noche de ayer al puerto de Trípoli, pero cuando estaba a 40 minutos del puerto el pesquero tuvo que dar media vuelta y poner proa a alta mar. De los inmigrantes recogidos, todos ellos jóvenes de 18 a 25 años, uno había fallecido ya cuando fue subido a bordo del barco. Otros fueron atendidos con síntomas de hipotermia.
José Durá, armador del buque alicantino, indicó que nadie les había informado de las razones por las que primero se autorizó y luego denegó la entrada al barco y dijo que tampoco se les ha notificado el destino al que deben dirigirse.
La aventura de este pequero recuerda mucho a la protagonizada en julio del 2006 por otro barco de Santa Pola, el Francisco y Catalina.Se da la circunstancia de que José Durá es también el armador de un barco cuyo gesto humanitario conmocionó a toda Europa: en julio del 2006 salvó a 51 inmigrantes de un cayuco que estaba a cien millas de Malta. Tras una negociación que duró una semana y la evacuación de tres de los 51 inmigrantes, la embarcación llegó finalmente al puerto de La Valeta, donde desembarcaron al resto de los subsaharianos.
Durá explicó que el Nuestra Madre de Loreto descubrió en la noche del pasado miércoles que una pequeña lancha motora llena de inmigrantes chocaba contra el pesquero. Uno de los viajeros de esa lancha se lanzó al agua con una garrafa y se dirigió a nado al barco, lo que obligó a los tripulantes del pesquero a socorrerlo. El buque alicantino decidió atar la lancha a popa para garantizar su seguridad ante el oleaje, pero a la luz del día el resto de inmigrantes hicieron lo mismo que su compañero: lanzarse al agua. Esto obligó a los pescadores a rescatarlos. Uno de ellos murió, posiblemente, según reconoció Durá, “por el estado del mar y el cansancio”.
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