El 46% de los catalanes cree que la inmigración ha sido negativa

Un estudio señala que la llegada de personas sin papeles preocupa al 84% de la población, pese a que la mayoría se solidariza con su situación y ve bien que accedan a la sanidad y a la educación

La Vanguardia, , 15-06-2007

El 78% de los inmigrantes de Catalunya llegó en los últimos siete años y la mayoría se siente integrado
.- Casi la mitad de los catalanes (46%) opina que la llegada de inmigrantes en los últimos años ha tenido un efecto negativo sobre la sociedad en general. Un 29% cree que la influencia de la inmigración ha sido positiva, mientras que el resto afirma que nada ha cambiado por la presencia de recién llegados, según refleja el estudio Capital social, immigració i convivència a Catalunya,codirigido por la Universidad de Harvard y la Fundació Biblioteca Josep Laporte y que presentó ayer la Fundació Viure i Conviure de Caixa Catalunya.

Los datos recogidos a partir de 1.500 encuestas tanto a autóctonos como a inmigrantes realizadas el pasado abril arrojan una visión un tanto contradictoria del fenómeno. Para los ciudadanos catalanes el principal problema al que hay que enfrentarse es la inmigración, por encima del acceso a la vivienda o el desempleo. La llegada de personas sin papeles preocupa mucho o bastante al 84% de la población y el 82% afirma que el acceso a la sanidad o a la educación supone un coste económico demasiado elevado para los que pagan impuestos. Sin embargo, el 79% está a favor de que tengan acceso a la sanidad y el 78%, a la educación. Una amplia mayoría de encuestados también vería con buenos ojos que se llevasen a cabo políticas específicas para favorecer la integración de las personas que acaban de llegar a Catalunya y el 45% se muestra favorable de que los inmigrantes con papeles voten en las elecciones.

Los responsables del trabajo indicaron que, en general, se tiene una visión “sobredimensionada” del fenómeno migratorio – la mayoría de los ciudadanos piensa que los inmigrantes ya son más del 15% de la población catalana, cuando en realidad la tasa se sitúa en el 9,1%- y que la entrada de personas sin papeles es la cuestión que más preocupa. “Aun así, y al contrario de lo que ocurre en otros países como Francia o Estados Unidos, los autóctonos se muestran solidarios con los inmigrantes y entienden sus necesidades”, explicó Albert Jovell, uno de los responsables del estudio.

Otro aspecto que destaca es la satisfacción general de los inmigrantes con su nuevo lugar de residencia. Pese a que el 78% llegó en los últimos siete años, la mayor parte dice sentirse integrado, aunque afirman que al principio tuvieron algunos problemas de discriminación – el 21% de los autóctonos estaría de acuerdo con nombrar persona non grata a los sin papeles-.

El acceso a la vivienda y los conflictos relacionados con el trabajo están entre sus principales problemas. En este sentido, es significativo el hecho de que un 21% de los inmigrantes comparta piso con amigos y a penas un 2% viva solo. Curiosamente, la delincuencia preocupa casi por igual a inmigrantes y autóctonos. En cambio, los inmigrantes tienen una visión más positiva de la situación que se vive en Catalunya (el 76%) que los de aquí (67%).

A la hora de comparar, los inmigrantes tan sólo consideran un aspecto de forma más positiva en su país de origen que en España: el papel de la familia, algo que los autores del estudio ven como normal si se tiene en cuenta que la mayor parte viaja solo. Cuestiones como las oportunidades de futuro, la asistencia sanitaria, los derechos humanos y la relación con otros grupos étnicos están mejor valorados en España que tal como se ofrece en sus lugares de procedencia.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)