Durá era el patrón del barco que recogió a unos inmigrantes en Malta hace un año La mayor preocupación de José Durá ayer era que la tripulación de
Nuestra Madre del Loreto
no viviera la misma pesadilla que le cayó en suerte al
Francisco y Catalina
. Nunca olvidará los seis días que tardaron en obtener el visto bueno de las autoridades maltesas para desembarcar a los 51 inmigrantes que rescataron en alta mar en julio de 2006.


Si entonces iba a bordo y tomó las riendas de la situación como patrón del Francisco y Catalina, esta vez le ha tocado hacer lo mismo desde tierra, ya que es, además, armador.


“Es durísimo volver a vivir lo mismo. Hay que ayudar a esa gente, pero después las autoridades tardan mucho en ponerse de acuerdo y tramitar los permisos y la situación a bordo es angustiosa”, aseguró, y añadió que lo peor de todo “es que hay un muerto en el barco y, si no nos dejan desembarcar, a ver qué haces con un hombre fallecido en un barco de faena”.


El armador no estaba preocupado “ni por la comida ni por la bebida. No es problema”. Su obsesión es que su gente y los inmigrantes bajaran a tierra cuanto antes.


Según el relato que le transmitió a Durá el capitán del pesquero, José Luis Sestayo, durante el descanso nocturno la tripulación sintió el choque de una embarcación contra su casco. “Después, uno de los emigrantes se tiró al mar y hubo que rescatarlo. Con el golpe, el motor de la embarcación de los emigrantes se rompió. Por la mañana estaban todos en el mar”.


El marino afirmó que la mayoría de los 14 tripulantes son gallegos, pero hay uno de Santa Pola, José Antonio Ruso Portugués. “Nadie se merece pasar por lo que pasamos nosotros por haber recogido a una gente que de otra forma se habría muerto”, concluyó.