Las autoridades libias denegaron anoche la entrada en puerto del pesquero de Santa Pola que rescató el miércoles a 26 inmigrantes frente a las costas del país africano. Uno de ellos ya estaba fallecido. Es la segunda vez en menos de un año que un barco de este municipio se ve envuelto en una situación parecida. La historia se repite. Un pesquero de Santa Pola rescató el miércoles por la noche a 26 inmigrantes (de entre 18 y 25 años), uno de ellos muerto, que iban a la deriva en aguas de Libia. La tripulación del barco Nuestra Madre de Loreto, con base en Santa Pola, se percató sobre las once de la noche de la presencia de una pequeña lancha motora que portaba una luz y se encontraba a la deriva. Esta embarcación se acercó al pesquero con el que colisionó.

El armador del Nuestra Madre de Loreto es José Durá, el patrón del Francisco y Catalina, el pesquero que en julio pasado rescató a 51 inmigrantes de una patera que posteriormente Malta no quiso acoger.

Tras chocar la motora con el pesquero, uno de los inmigrantes se lanzó al mar con una garrafa en la mano y se dirigió a nado hacia el barco, según relató José Durá. Las fuertes corrientes de la zona arrastraron al inmigrante y obligaron a la tripulación del buque a acudir en su auxilio, y subirlo a bordo.

El resto de inmigrantes permaneció toda la noche en la lancha, que fue amarrada al barco. Con las primeras luces del día, los inmigrantes se arrojaron al mar y obligaron de nuevo a los pescadores a rescatarlos uno por uno.

Permiso

José Durá consideró que “posiblemente” el “estado de la mar, unido al cansancio” que arrastraban los afectados, hizo que uno de ellos falleciera antes de ser socorrido por los pescadores españoles. El armador del barco detalló que al mediodía de ayer, una vez recibida la confirmación de que tenían permiso para llegar al puerto de Trípoli, el pesquero partió con los 26 inmigrantes. Tenían previsto llegar al puerto a partir de las doce de la noche, mientras el Ministerio de Asuntos Exteriores negociaba el desembarco de los náufragos.

Según indicó, el pesquero tiene “espacio suficiente” para albergar a los rescatados, que, salvo el fallecido, se encuentran “bien”. El Nuestra Madre del Loreto, de 27 metros de eslora, tiene su base en Santa Pola. La embarcación se dedica a la captura de quisquilla y suele permanecer en alta mar por periodos de un mes y medio. Ahora faena a 90 millas de la costa de Libia, y tiene previsto volver para la festividad de la Virgen del Carmen, el 16 de julio.

La Conselleria de Agricultura y Pesca contactó con el Gobierno para que se negociara con Libia y solucionar el problema de los náufragos con el añadido de que en el barco hay un cadáver y en esta época la descomposición es más rápida. A primera hora de la tarde, las autoridades libias dieron permiso al barco para que se dirigiera a Trípoli.

El Nuestra Madre Loreto es el tercer pesquero español que rescata inmigrantes en alta mar. Hace sólo un par de semanas vivía una situación similar el Mont Falcó, que trasladó a un grupo de inmigrantes que fueron recogidos por el buque de Salvamento Marítimo Clara Campoamor en las proximidades de la costa de Cerdeña. Después fueron trasladados a Tarragona.