Ayuntamiento
Ni en la calle ni en un albergue
El Mundo, , 15-06-2007La Policía desaloja al grupo de subsaharianos que vivía desde hace dos años detrás de La Almudena. De los 22 afectados, el Consistorio dice que sólo aceptaron asistencia siete y que el resto la rechazó. IU denuncia que no se les ofreció Cuando la vida de un ser humano en plenas facultades viaja dando tumbos en una bolsa de basura es que hay algo no funciona bien. Al igual que la alergia, los mosquitos y las hordas de turistas que visitan la capital, el calor ha traído el desalojo de los inmigrantes subsaharianos que viven detrás de la catedral de La Almudena. «Esto es lo único que tengo», aseguraba cogiéndose un pellizco de un liviano pantalón veraniego uno de los 22 inmigrantes damnificados en el parque del Emir Mohamed I, junto a los restos de la antigua muralla árabe. Desde el Ayuntamiento se asegura que siete de ellos aceptaron asistencia y que el resto no la quiso. La versión que da IU es muy diferente. Reduce la cifra a cinco y denuncia que la mayor parte de los inmigrantes no fueron atendidos «por falta de recursos».
Según relata el afectado junto a dos compañeros compatriotas senegaleses, a primera hora de la mañana de ayer, en torno a las 9.30 horas, llegaron los agentes de la Policía y un camión de la basura municipal al parque. En ese momento, apenas quedaban personas allí, ya que muchos se despiertan temprano para ganarse la vida como pueden. Colchones, mantas y fardos, todo fueron a parar al remolque del camión.
Mientras el joven de 30 años, que no quiso dar su nombre, cuenta lo ocurrido, uno de sus dos compañeros, de 25 años, no para de moverse de un lado a otro. «¿Dónde está el basurero?», pregunta con el gesto demudado, aguantando un puchero de angustia. «Ha perdido toda la ropa y el dinero que tenía. Lo han tirado todo», chapurrea en un mal castellano el más joven de los tres, de 22 años, mientras permanece sentado en la valla que rodea el parque.
De forma confusa, explica que llegó a Madrid hace dos semanas desde A Coruña, donde vive con su familia. El motivo, «arreglar el pasaporte en la embajada». Excepto uno de ellos que consiguió rescatar una mochila, los otros dos tan sólo se quedaron con lo puesto. Desde hace unos días duermen a la intemperie, ya que el albergue que hay en el lugar y que dirigen dos religiosos se ha cerrado. Fuentes vecinales confirmaron que el refugio permanece abierto desde noviembre hasta abril, pero que este año, debido al mal tiempo, se ha ampliado el plazo hasta mayo. Ellos no aciertan a explicar si desde el Ayuntamiento se les ha ofrecido asistencia social o no. Recuerdan cómo llegaron en patera desde su país hasta Canarias y cómo luego les trasladaron a Madrid hace un año.
Molestias para los vecinos
En el parque viven senegaleses, nigerianos, marroquíes… Próxima a los restos de la muralla árabe que les sirve de cobijo, dos operarios de la limpieza se afanan en desinfectar los bajos del viaducto. «Lo hacemos todos los días», cuenta con aburrida rutina uno de ellos. Los vecinos dicen estar hartos de esta situación. «Da igual que venga la Policía y los eche, mañana por la mañana volverán a estar aquí. Que se los lleve Gallardón a su casa», decía uno visiblemente enfadado por los perjuicios que ocasionan las personas que acuden a la zona a dormir.
El Gobierno reconoció al PP a finales del pasado año que habían llegado a Madrid 6.222 inmigrantes procedentes de Canarias, aunque algunas informaciones duplican la cifra. Pese a que la Delegación del Gobierno tiene la obligación de comunicar a las administraciones la llegada de inmigrantes y, por lo tanto, conoce su cifra, ayer no quiso ofrecer esos datos y mandó la pelota al tejado del Gobierno. El Ayuntamiento cuenta con 1.287 plazas en albergues para personas sin hogar y dispone de más de otras 500 para la población inmigrante.
Milagros Hernández, edil electa de IU denuncia que justo hace un año ocurrió una situación similar. «Se les desaloja sin saber qué hacer con ellos. Parece que la preocupación del alcalde es quitarles para que no desentonen con el entorno turístico de La Almudena».
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