Los inmigrantes son, definitivamente, un motor económico. Un estudio coordinado por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y publicado por Caixa de Catalunya destaca que los extranjeros crean la mitad de los nuevos hogares españoles. Después de un fuerte crecimiento al inicio de esta década, al finalizar el 2006 había 1,7 millones de hogares de inmigrantes frente a los 14 millones de los españoles.
Mientras que el aumento de las unidades familiares autóctonas fue del 17,6% en la década de 1996 al 2006, el crecimiento de los hogares de inmigrantes registró un verdadero boom con un 493% acumulado al pasar de una cifra simbólica de 300.000 a 1,7 millones.

DISTRIBUCIÓN
El mayor peso de la inmigración en la creación de hogares se produjo en el 2004, con un 51,4% del total. Desde entonces se ha estabilizado en torno al 50%, con una media del 48,8% en el periodo del 2000 al 2006, en el que Oliver califica de “choque inmigratorio” la importante llegada de extranjeros a un mercado laboral con una gran necesidad de mano de obra.
Los años en los que se crearon más unidades familiares extranjeras, del 2003 al 2006, coinciden con el impacto del último proceso de regularización. El año pasado se registraron 265.000 hogares nuevos en los que viven inmigrantes.
La distribución sobre el mapa simula “prácticamente de forma idéntica con leves variaciones el que surgiría de considerar el choque ocupacional de la inmigración en los distintos ámbitos regionales”, según el estudio. El resultado es que las comunidades con más importancia de los extranjeros en la creación de hogares son la Comunidad Valenciana (52,5%), Madrid (51,4%), Aragón (49,3%) y Catalunya (47,7%). En el extremo contrario, se encuentran Extremadura, donde los extranjeros crean el 19,4% de las nuevas familias, seguida de Cantabria (20,2%) y País Vasco (22,4%).
Sin embargo, el empleo no es el único criterio que mueve a los inmigrantes a crear un hogar. El estudio destaca que una parte minoritaria de la fuerte expansión se debe a “familias de edades superiores a los 50 años, que han venido a España en búsqueda de mejores climas para pasar el último periodo de su existencia”. Esa tipología de inmigrantes jubilados tienen un peso “no menor” en los aumentos de las familias que se instalan en Baleares y la Comunidad Valenciana.

MEJORAS PARA ESPAÑOLES
Para Oliver, la colocación de los trabajadores foráneos también ha abierto nuevas expectativas para los nativos gracias a que “ven sus posibilidades salariales y de empleo mejoradas por la extensión del mercado”. El ritmo de creación de familias por parte de los españoles también se ha acelerado al pasar de 180.000 en 1996 a 260.000 en el 2006.
Hay tres factores básicos que explican ese incremento, según el estudio. En primer lugar, se han implantado nuevas pautas de convivencia con el surgimiento de hogares jóvenes compuestos por menos personas. En segundo lugar también ha influido el alargamiento de la esperanza de vida al favorecer una cifra más alta de casas con personas mayores. Por último, la generación que tiene ahora entre 30 y 40 años, conocida como el baby boom, también ha creado o está a punto de crear su propia familia.