Un joven de 18 años mató ayer por la tarde a cuchilladas a su amigo de 24 años durante una discusión cuando se encontraban en casa de uno de ellos jugando a la playstation, en Cambados (Pontevedra).

Marcos Muñiz Calviño murió acuchillado en la parroquia de Oubiña, en Cambados, por Juan Carlos G.A., de 18 años, sobre las 16.30 horas, según confirmaron fuentes de la Guardia Civil, que aseguraron que el agresor utilizó un arma blanca para atacar a su amigo por la espalda.

Las fuerzas del orden todavía barajan diversas posibilidades sobre el motivo de la discusión que provocó el fatal desenlace, que pudo deberse bien a un enfrentamiento por el juego o a otras cuestiones de tipo personal.

El cadáver se encontraba, al cierre de esta edición, en el interior de la vivienda a la espera de que el juez ordenara su levantamiento, mientras que el presunto homicida permanecía detenido en las dependencias de la Guardia Civil en Cambados.

Pero no es éste el único caso de violencia en el que se vieron implicados ayer menores. La Policía Nacional de Valencia detuvo a tres jóvenes de entre 14 y 16 años después de que uno de ellos, que presume de pertenecer a una banda latina denominada Black Dogs, acuchillara a un alumno y lo hiriera de gravedad.

Los hechos ocurrieron sobre las 13.30 horas del pasado martes cuando varios alumnos del Instituto de Educación Secundaria Conselleria, situado en el barrio de Campanar, salían de sus aulas. El agresor, que había sido expulsado del centro por su actitud «violenta y conflictiva», aguardaba a su novia a las afueras del edificio.

Al escuchar que un alumno ucraniano de 16 años había insultado a su chica, el latino saltó de forma violenta y preguntó al menor la razón por la que se había metido con su novia. Este hecho originó una reyerta en el exterior del centro educativo que finalizó cuando el ecuatoriano, sin dudarlo, acuchilló al ucraniano en el estómago en un callejón cercano y lo dejó herido de gravedad.

Tras una llamada realizada al teléfono de Emergencias 112, una ambulancia trasladó al herido hasta el hospital de La Fe donde ingresó en estado grave y con pronóstico reservado. A pesar de que, según testigos presenciales, un amigo suyo le tapó la herida con su propia camiseta, la incisión era muy profunda y no se pudo hacer nada por salvar la vida al joven.