Donostia.¿Hay cada vez menos voluntariado?

Sí, la sociedad está cada vez más individualizada y nos centramos más en nuestras cosas. No nos damos cuenta en qué podemos colaborar, estamos más a lo nuestro. Es cierto que la gente está más sensibilizada de que hay que ayudar, pero sólo nos comprometemos cuando hay una gran crisis o una gran catástrofe. Es un voluntariado muy puntual, luego nos olvidamos.

Pero los cerca de 20.000 voluntarios existentes en Gipuzkoa parecen muchos.

Sí, pero el nivel de compromiso es menor. La gente antes estaba más comprometida. Colaboraba durante más horas, permanecía más tiempo en las asociaciones. Ahora, la sociedad está acostumbrada a lograr todo de inmediato: las ayudas tienen que llegar con rapidez y ser para un proyecto muy concreto, pero luego la gente se olvida, no hay constancia. Es un voluntariado menos comprometido, que suele estar una media de tres años ayudando en su agrupación y que invierte de una a seis horas a la semana.

¿Eso significa que parte de la sociedad se moviliza cuando una tragedia tiene gran impacto mediático?

Nos estamos acostumbrando a que todo vaya bien, ocurre una catástrofe, ayudamos y luego nos olvidamos. Tenemos una memoria muy corta. Es importante resaltar que podemos ayudar en muchas cosas, en mil proyectos, y que para eso no nos tenemos que marchar fuera. Con poca cosa que hagamos podemos ayudar a mucha gente aquí cerquita. Cualquier persona puede ayudar como voluntario. Es destacable que cada vez hay más gente jubilada en las asociaciones y también acuden en mayor número personas inmigrantes que quieren colaborar.

En Sareginez se han unido 24 asociaciones diferentes. ¿Cuáles son las bases comunes?

Hemos organizado unos grupos de trabajo para detectar qué intereses comunes tenemos. Uno, por ejemplo, puede ser sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de ayudar a otras personas, otro puede ser captar a nuevos voluntarios y ver qué problemáticas podemos tener las asociaciones.