Castellón

Crecimiento y llegada de extranjeros

Las Provincias, M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO, 13-06-2007

Los nuevos datos del padrón municipal no solo indican que la Comunitat Valenciana crece en población sino que es una de las comunidades preferidas por los extranjeros para afincarse.


Esa predilección plantea retos y oportunidades que deben ser prioritarias en la política que, desde la semana próxima, empiece a diseñar el nuevo Consell.


Entre todos ellos está salvaguardar las condiciones de vida de quienes se acercan, y armonizar la convivencia con los valencianos de “rancio abolengo”.


Hay quien siente inquietud al observar en el supermercado o en el centro de salud que la mayor parte de sus vecinos son de origen foráneo. Al mismo tiempo le llama la atención ver cómo en el mercado se empiezan a vender otras frutas nuevas que son muy demandadas por estos nuevos vecinos y que a los críos se les escapan expresiones nunca oídas en casa pero sí a sus compañeros de clase que hablan un español distinto.


Esa realidad es la que compone ya hoy la Comunitat Valenciana y a la que, por tanto, deben atender las autoridades. Sin embargo, ni en campaña ni durante la legislatura escuchamos planes para la mejora de la convivencia. Es cierto que hay preocupación por los inmigrantes que duermen en el río, por los ilegales que pasan horas en cola para regularizarse, por quienes son utilizados como si fueran maquinaria agrícola, hacinados en naves industriales y por las mujeres explotadas sexualmente. Esas medidas son necesarias porque se trata de la existencia de una población no regular o en situación de marginalidad y abuso.


Sin embargo no se trata solo de preocuparse por los nuevos vecinos cuando son ilegales sino por las condiciones de vida e integración de los demás, que son la mayoría. Eso significa revisar la existencia de rechazo o discriminación al pedir un crédito, al alquilar un piso o al apuntarse al gimnasio.


Ellos son valencianos de pleno derecho, en especial, porque gracias a su trabajo crece esta Comunitat como lo hace. Es hora de reconocerlo.

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