Interior permite a los policías inmovilizar a los inmigrantes que se resisten a ser expulsados

El Mundo, ANA DEL BARRIO, 13-06-2007

El protocolo que elabora autoriza las medidas de fuerza con aquellos que se niegan a la repatriación El Ministerio del Interior autoriza a los policías a inmovilizar a los inmigrantes repatriados que se resisten durante los vuelos de deportación. También permite el uso de «medidas de fuerza contra aquellos individuos que se nieguen o se opongan a la expulsión de forma violenta». Así consta en el protocolo de actuación que está elaborando este Departamento sobre normas de seguridad en las expulsiones colectivas, al que ha tenido acceso EL MUNDO.


El dramático caso del nigeriano Osamuyi Aikpitanti – que falleció el pasado sábado en un vuelo de Iberia mientras era repatriado bajo custodia policial – es la punta del iceberg y pone de manifiesto los continuos incidentes que se registran en los vuelos de repatriación. A la espera de que se dictamine la autopsia definitiva, el informe preliminar determina que el joven de 23 años murió de una parada cardiorrespiratoria.


El forense señala que el inmigrante sin papeles había sido amordazado, no estaba esposado y presentaba dos contusiones leves en la mano izquierda y en la espalda. La familia del fallecido ha acusado a los dos policías que le vigilaban de golpear brutalmente a Aikpitanti y causarle la muerte.


Cinta en la boca


Sin embargo, tanto la Confederación Española de Policía (CEP) como el Sindicato Unificado de Policía (SUP) han defendido la labor de los agentes y han asegurado que emplearon la fuerza mínima necesaria para reducirle. Fuentes policiales reconocieron que sí que pusieron al nigeriano una cinta en la boca para evitar que mordiera a los agentes o que se autolesionara. Además, aseguran que Aikpitanti se mostraba muy violento y alterado y descartan que haya muerto por asfixia.


Los sindicatos policiales llevan tiempo denunciando la falta de seguridad y la imprevisión del Gobierno a la hora de ejecutar las expulsiones de inmigrantes irregulares. El sindicato de pilotos Sepla también criticó que los vuelos fletados por Interior incumplen la normativa de seguridad y que, en caso de una emergencia, existiría riesgo para la vida de los ciudadanos deportados.


La CEP ha exigido en varias ocasiones que se elabore un protocolo de actuación que marque las instrucciones a seguir, ya que ahora reina la anarquía absoluta.


Ante las reiteradas peticiones, Interior está desarrollando en la actualidad un documento que recoge una serie de normas para velar por la seguridad durante el vuelo. Hay que recordar que los policías nunca van armados dentro del avión. Así, según el texto, los repatriados deben ir atados con los cinturones de seguridad durante todo el trayecto y el responsable de la operación debe decidir si les cortan los lazos de seguridad (esposas de plástico) que les colocan para introducirles en el avión.


El encargado también valorará si se mantienen las cortinillas cerradas. La mayoría de las expulsiones se realizan con las ventanas tapadas para evitar que los inmigrantes descubran el destino del avión. Según han informado fuentes policiales, en muchas ocasiones se les engaña y se les dice que viajan rumbo a Málaga o a Barcelona, para que no opongan resistencia.


De hecho, eso fue lo que sucedió con la repatriación de 100 senegaleses en junio del año pasado, quienes acusaron al Gobierno español de haberles maltratado y engañado, lo que provocó una queja formal del Ejecutivo de Dakar.


Ante el caso de que un sin papeles oponga resistencia a ser repatriado – lo que suele ser bastante habitual – Interior contempla el uso de medidas coercitivas que «deberán ser proporcionadas con respecto a los derechos individuales de los repatriados».


De hecho, el fallecido nigeriano se resistió ferozmente a ser expulsado y utilizó todo tipo de estratagemas. Aikpitanti mordió a un agente, se autolesionó dándose cabezazos contra el techo del avión y rompió las cintas adhesivas con las que le habían sujetado las muñecas y las piernas para evitar que pataleara.


El protocolo de actuación también establece que el uso de sedantes está prohibido, salvo que sea autorizado por el personal médico ante una situación de urgencia. La sedación de 103 inmigrantes con haloperidol que fueron deportados durante la etapa de José María Aznar levantó una fuerte polémica.


Sin embargo, desde Amnistía Internacional recordaron ayer que el Consejo de Europa permite la sedación, siempre que se haga por prescripción médica y no de manera masiva. De hecho, esta práctica se utiliza ocasionalmente cuando los inmigrantes sufren crisis de nervios y de ansiedad. Fuentes policiales lamentaron que el nigeriano viajase en un vuelo de pasajeros y no en uno específico de deportados, donde siempre se suele desplazar un médico.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)