A FONDO / LA SEGREGACION ESCOLAR

El reto de frenar la proliferación de escuelas gueto

El Mundo, VICTOR MONDELO, 10-06-2007

La concentración de altos porcentajes de alumnos inmigrantes en colegios de determinados barrios catalanes es un fenómeno creciente que está derivando en una distribución desigual y poco equitativa de este colectivo estudiantil y fomentando la aparición de los primeros guetos escolares. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, alerta explícitamente de este proceso en su último informe remitido al Parlament. En él, además, indica que, de no aplicarse medidas correctoras efectivas, se puede producir una auténtica «segregación escolar». Algunos padres autóctonos ya se niegan a matricular a sus hijos en los centros con mayor índice de inmigrantes por miedo a que baje su rendimiento escolar, y los colegios afectados temen que se les acabe estigmatizando.


BARCELONA. – Primero fueron los barrios y ahora las escuelas.La desigual concentración de personas inmigradas que viene produciéndose en determinadas zonas de algunas poblaciones catalanas en los últimos años ha saltado ya al ámbito escolar. Encontrar un colegio con un 80% de alumnos extranjeros ha dejado de ser un cometido imposible.


Las consecuencias de este fenómeno creciente están por determinarse, pero algunas voces ya apuntan a que, de continuar esta tendencia, existe un riesgo de segregación escolar. Y entre ellas, una de las que se presuponen más ponderadas: la del Síndic de Greuges.


Rafael Ribó advirtió en el último informe remitido al Parlament, el de 2006, de que determinados centros escolares del sistema educativo catalán se han convertido en «guetos», en escuelas «especializadas» en la atención de alumnos con necesidades educativas especiales (NEE). Este grupo de alumnado está en realidad compuesto por escolares que, por alguna discapacidad, necesitan un mayor seguimiento, pero también por jóvenes extranjeros recién llegados y en edad de escolarización. Aunque el concepto engloba a ambos colectivos, la práctica dice que es el de los inmigrantes el que copa la mayor parte de las plazas reservadas para estudiantes con NEE.


Los datos no mienten. En Cataluña, más de 200 escuelas, de las que sólo 10 son concertadas, cuentan con al menos un 30% de alumnos extranjeros, mientras que, en el otro extremo, unos 400 colegios, entre públicos y privados, tienen en sus aulas a menos de un 1% de alumnos inmigrantes. Estas cifras, aderezadas con la que dice que el 12% de los escolares catalanes son extranjeros, abonan la teoría de la progresiva guetización defendida por el Síndic.


Las consecuencias más inmediatas de este proceso son, según Ribó, las «desiguales oportunidades educativas» de los escolares en función del centro en el que cursen sus estudios, que podrían acabar produciendo un «peligro para la formación de algunos alumnos».No obstante, además del posible retraso en el aprendizaje de las materias, se adivinan otros efectos derivados, en este caso sociales, de mayor gravedad.


Son los que dicen que se puede producir un «rechazo étnico y social» por parte de los alumnos autóctonos y de sus progenitores hacia los estudiantes extranjeros y, por extensión, hacia los centros en los que están escolarizados, que pueden acabar sufriendo una «fuerte estigmatización».


Todas estas advertencias han tomado cuerpo durante la presente semana. La publicación de las listas de adjudicación de plazas escolares en centros sufragados con fondos públicos ha despertado las protestas de algunos padres que se niegan a matricular a sus hijos en escuelas con un importante número de alumnos inmigrantes – algo que el Síndic califica de «efecto huida» – . Las protestas se han sucedido en barrios barceloneses como Baró de Viver o Poblenou, en los que un número reducido de centros concentra a la mayoría de alumnos extranjeros, mientras que el resto mantiene un porcentaje razonable.


En el informe remitido al Parlament en 2005, el Síndic ya señalaba con el dedo a la irregular planificación escolar en el territorio catalán, y se refería directamente a las «insuficientes plazas escolares» en muchos municipios como uno de los factores que podrían avivar la llama de la segregación escolar. Este año Ribó retoma el reproche. Lo hace recordando la «lentitud» en la construcción de nuevos colegios y refiriéndose al previsible crecimiento de la población escolarizable.


Un incremento que los datos de matriculación hechos públicos por el Departament d’Educació el pasado miércoles 6 de junio certifican. Según la conselleria, 141.569 alumnos se han matriculado en las escuelas catalanas para el curso 2007 – 2008, 6.100 más que el anterior.


El departamento dirigido por Ernest Maragall ha tranquilizado a los padres diciendo que ningún escolar se quedará sin plaza, pero no se ha referido a los conflictos generados por la no corrección del fenómeno de la distribución desigual del alumnado inmigrante entre los centros.


Y es que, ciertamente, tal y como explicita el Síndic en su informe, las medidas de las administraciones implicadas para paliar estas situaciones son, hoy por hoy, «limitadas».


El nuevo decreto de admisión de alumnos, aprobado en marzo del presente año, establece que todos los centros públicos y concertados están obligados a reservar dos plazas a alumnos con necesidades educativas especiales por grupo en el segundo ciclo de educación infantil, en primaria y ESO; y una plaza por grupo en el primer ciclo de educación infantil. Por otra parte recoge que, extraordinariamente, una vez cerrado el periodo de inscripción y a lo largo del curso, se podrá autorizar un incremento de hasta un 10% de plazas por aula, para responder a las necesidades inmediatas de escolarización de estos alumnos.


Teniendo en cuenta la distribución de alumnos inmigrantes que se prevé para este curso, ninguna de estas medidas ha demostrado, por el momento, frenar realmente el fenómeno de la segregación escolar.


Los preceptos recogidos en el nuevo decreto de admisión son una adaptación de lo establecido en el artículo 87 de la Ley Orgánica de Educación (LOE), titulado Equilibrio en la admisión de alumnos.


No obstante, el primer punto de este artículo establece un precepto que, atendiendo a las quejas de los padres en los últimos días, no ha conseguido desarrollarse. «Con el fin de asegurar la calidad educativa para todos, la cohesión social y la igualdad de oportunidades, las Administraciones garantizarán una adecuada y equilibrada escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo», reza el texto legislativo.


El informe de Ribó explica, contrariamente, que la equilibrada escolarización no se ha alcanzado y anuncia que, a lo largo de este año, formulará sugerencias y recomendaciones para frenar la segregación escolar. Un fenómeno que ha decidido abandonar definitivamente el escenario del alarmismo para asentarse en la realidad más cotidiana.


Un problema común en todo el territorio


La conversión en guetos escolares de determinados centros no es un problema que pueda acotarse a una única ciudad, ni tan sólo a una única provincia. De hecho, Rafael Ribó refleja en su informe dos casos tan alejados en el territorio como coincidentes en sus características.


Santa Eugènia, en Girona y Fondo, en la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramenet, comparten quebradero de cabeza.Un CEIP del primero concentra el 62% de los alumnos con NEE de la zona, con los agravantes de que el número de estudiantes no deja de crecer – el pasado año lo hizo un 23% – y de que es una problemática antigua, ya que Ribó recibió la primera queja en 2003.


La situación en el CEIP de Santa Coloma de Gramenet es más preocupante, pues cuenta con el 80% de este colectivo escolar. El AMPA del centro público envió una queja al Síndic en la que apuntaba que buena parte de estos alumnos no conocía, además, ni la lengua catalana ni la castellana y en la que solicitaban a Ribó que instase a las administraciones públicas a solucionar el problema mediante una distribución más equitativa de los estudiantes.


Ribó emplazó al Ayuntamiento de la localidad a ofrecerle una respuesta ante esta denuncia y el Consistorio aseguró que la propuesta del AMPA «fomenta la marginación y exclusión social en términos de rendimiento académico» y se limitó a remitir a los padres a los procesos de preinscripción y matrícula en caso de que desearan cambiar de centro escolar. Una respuesta que, según lo expuesto por Ribó, no hace sino acrecentar el proceso de concentración de alumnos con NEE.


No recogido por el Síndic, pero igual de paradigmático, es el caso de l’Hospitalet. Santa Eulàlia, Collblanc, Centre o la Florida cuentan con un gran número de centros públicos con índices de estudiantes extranjeros superiores al 80%. Es el caso del Lola Anglada, que tiene un 90%, o el Màrius Torres, que registra un 85%.


A nadie se le escapa, ni a Ribó tampoco, y así lo indica, que uno de los factores comunes que ha llevado a todas estas zonas a presenciar el afloramiento de guetos escolares en sus calles ha sido el desarrollo urbanístico desmesurado y la ingente llegada y concentración de población inmigrante en todos estos barrios.Los criterios para la matriculación que dan prioridad a los residentes en los domicilios más cercanos a las escuelas son el último eslabón de este proceso de concentración.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)