Usera
«Gracias a la Policía, por fin se ha hecho justicia»
El Mundo, , 08-06-2007Los ciudadanos chinos, que denunciaron que varios agentes de paisano les robaban, respiran tras el arresto de los policías Varios empresarios chinos de Usera fueron los que denunciaron a los funcionarios de paisano del Cuerpo Nacional de Policía por presuntos ladrones. Declararon que les atracaron los «mismísimos» policías y acusaron a cuatro agentes de robarles el dinero que tenían en sus restaurantes, locutorios y cibertiendas durante enero y febrero.
El juez archivó el caso, la Policía cerró también una investigación pero Asuntos Internos (la Policía de los policías) siguió con las pesquisas y detuvo en la madrugada del pasado miércoles a cuatro agentes por robar presuntamente a los tenderos chinos.
Estos comerciantes se enteraron ayer de la detención de los cuatro agentes. Su reacción fue muy cauta. «Está bien que haya una respuesta a las denuncias. Por fin se ha hecho justicia. Damos gracias a todos, sobre todo al Gobierno», decía Haybin Log, empresario de 34 años, casado y con tres hijos al que varios agentes agredieron. «Estamos agradecidos a los policías que han investigado, ahora no tememos represalias», dijo otro de las supuestas víctimas de los agentes de paisano integrantes de un grupo nocturno de la Brigada de Seguridad Ciudadana.
Xialou también cree que se ha conseguido reparar algo del «mal trago que han pasado». «Estamos satisfechos de que se haya detenido a los policías. Ellos entraron y robaron», agregó.
A Wuchen, otro de los afectados, le robaron supuestamente unos 1.000 euros cuando jugaba en un local de internet una partida de cartas. «Es cierto, nos jugamos dinero. Pero entraron y nos quitaron los euros». Este hombre que sólo lleva un año en España confiaba en la justicia y lo seguirá haciendo: «Nosotros no hacemos nada malo y algunos policías no han actuado bien. Seguiremos colaborando con los agentes y trabajando por el barrio».
A los afectados no les importa dar la cara. Saben que una primera investigación se cerró y que ahora se ha decidido detener a varios policías. Pero son conscientes de que la mayoría de los policías son íntegros y muy profesionales. «Sólo hemos tenido problemas con unos pocos que se querían aprovechar de nosotros», agrega otro empresario que prefiere no revelar su nombre. «Yo conozco a policías y siempre hacemos lo que nos dicen y no hemos tenido ningún problema. Pagamos todo y siempre estamos en el Ayuntamiento para cualquier asunto que nos piden».
Mei Yu Chen es otra de las empresarias que denunció el presunto abuso policial. Es la dueña de la tienda de internet que recibió la visita policial el pasado 2 de marzo, a las 22.00 horas. Además de pantallas de ordenador, este establecimiento tiene estanterías con películas DVD a la venta y en ese momento había dos clientes. Los agentes pidieron el pasaporte y el permiso de residencia a estas dos personas, pero una de ellas mostró una documentación que era una mera fotocopia del de su amigo o pariente. Este inmigrante oriental, según denunció la mujer, recibió dos bofetadas en la cara sin mediar palabra. Le fueron sustraídos 200 euros que llevaba en la cartera. Otros clientes que jugaban al dominó chino al fondo del local fueron también registrados. Cuando los policías se marcharon, contaron el dinero y advirtieron que les habían aligerado las carteras: faltaban en total 600 euros.
Mei Yu Chen animó a la comunidad china a acudir al día siguiente a presentar la denuncia en comisaría. Esa fue la razón por la que recibió de nuevo la visita policial el día 16 de marzo. Aquella noche, sobre las 22.30 horas, acudieron a su local 12 agentes. «Iban de muy mal modo», contó la empresaria. «Dijeron que iban a buscar algo» y conminaron a todos los presentes a permanecer en silencio y a no hacer ni recibir llamadas telefónicas por el móvil».
En un momento de la intervención policial en su local, cuando los agentes pidieron a los presentes que sacaran sus carteras con sus documentos, Meiyu gritó a sus compatriotas: «¡Cuidado, que roban el dinero!». Un policía la agarró del cuello y la puso contra la pared. Ella intentó desasirse, fue esposada y conducida a comisaría, donde pasó más 12 horas, desde las 11 de la noche hasta mediodía del día siguiente. Durante ese tiempo fue reconocida por un médico forense.
Tras las primeras denuncias la Policía Nacional les dijo a los empresarios que podrían tratarse de policías falsos. «Los agentes sólo nos enseñaban las placas y aseguraron que podrían ser policías falsos. Pero al ir a la comisaría fue cuando vimos allí a dos de los agentes que nos visitaban de uniforme». Fue entonces cuando los empresarios chinos se animaron a denunciar el caso con más fuerza. «Antes estábamos seguros y ahora no nos tememos si puede haber represalias contra nosotros es algo que no hemos pensado aún», dice uno de ellos.
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