Irrumpieron en la casa armados hasta los dientes y sin mediar palabra, los cuatro inquilinos estaban siendo encañonados desde los pies de sus camas. Pero su objetivo yacía sólo en uno de los lechos.

Cuatro rumanos son los principales sospechosos del secuestro ayer de un ciudadano marroquí en la pedanía de Los Garres. Según fuentes policiales, la víctima fue sacada a punta de pistola lo metieron en un Ford Fiesta que esperaba en la puerta y abandonaba a toda prisa el número dos de la calle Palmar en la pedanía para dirigirse a Murcia.

Allí, la Policía Local de Murcia recibía el aviso del hermano del marroquí y detectaban el vehículo en que viajaban con su víctima en la avenida Miguel Indurain, donde se iniciaba una persecución en la que se irían incorporando agentes de los cuarteles de Murcia, Beniaján y Puente Tocinos además de varias unidades de la Policía Nacional. En total unos ochenta policías entre locales y nacionales pisando los talones a los sospechosos.

Pese a la magnitud del dispositivo, los secuestradores pudieron escapar después de abandonar el vehículo – y al secuestrado – en Puente Tocinos. Según fuentes cercanas al caso, los motivos del secuestro puede deberse a un ajuste de cuentas entre bandas por tráfico de drogas.