No hay imágenes, pero sí pruebas. Un juez de Barcelona investiga la responsabilidad de varios Mossos d’Esquadra de la comisaría de Les Corts de Barcelona en la brutal paliza que ha denunciado un detenido, de origen africano, y que le causó la rotura del brazo por tres puntos distintos, entre otras heridas.

Los hechos, que se habrían producido el 27 de abril de 2006, serían uno de los primeros episodios de malos tratos producidos en el seno de las controvertidas dependencias policiales de Travessera de Les Corts, donde meses después decidió el Departament d’Interior instalar una videocámara oculta para supervisar la presunta actuación irregular de algunos de los agentes que allí trabajan, tras recibir numerosas denuncias por esta situación.

A raíz del control de la división de Asuntos Internos se pudieron detectar dos actuaciones irregulares por parte de algunos efectivos del cuerpo policial, que quedaron registradas en sendas filmaciones, luego aportadas al juzgado para su investigación, y que han sido reiteradamente difundidas por los medios de comunicación.

Según pudo conocer EL MUNDO, el juzgado de instrucción número 6 de Barcelona investiga una denuncia presentada por B., el joven de origen africano que fue detenido por los Mossos y que, tras ser conducido al interior de las dependencias policiales, habría sido golpeado por un número indeterminado de agentes, que se sitúa entre seis y ocho.

La denuncia, que fue admitida a trámite tras conocer el juez el contenido del parte médico en el que se consignaban las graves lesiones del arrestado, sigue ahora su curso a la espera de poder identificar a los presuntos agresores. La víctima continúa recibiendo tratamiento psiquiátrico tras lo sucedido.

De momento, fuentes judiciales señalaron ayer que no se ha tomado declaración a ninguno de los agentes, aunque ya se han realizado ruedas de reconocimiento y está prevista la práctica de más diligencias en los próximos días.

De hecho, la denuncia del detenido no llegó a los juzgados hasta noviembre porque el joven africano tuvo antes que dar cuenta de los cargos que los agentes le imputaban por otros hechos delictivos relacionados con el tráfico de drogas.

Además, una vez B. explicó lo que le había sucedido durante la detención policial, se planteó una cuestión de competencia entre dos juzgados que habían intervenido en diferentes momentos y que tardó unas semanas en resolverse, según señalaron las citadas fuentes.

La denuncia del procesado fue secundada posteriormente por una queja de la organización SOS Racisme, que prestó asesoramiento a través del centro Exil, de asistencia a inmigrantes. También puso lo sucedido en conocimiento del Síndic de Greuges, Rafel Ribó.

El Síndic, de acuerdo con su protocolo de actuación, no ha podido intervenir porque antes de que tuviera conocimiento del caso el juez ya había abierto diligencias de investigación.

En el mismo sentido, la división de Asuntos Internos espera a conocer el resultado de la actuación judicial para proceder a la suspensión de empleo y sueldo de los responsables de los hechos, ya que la investigación que iniciaron en su momento quedó interrumpida al abrirse diligencias en el juzgado.

Esta investigación se viene a sumar a al menos otras cuatro denuncias que se tramitan en los juzgados de Barcelona, la mayoría de ellas relacionadas con malas prácticas producidas en las dependencias de la comisaría de Les Corts.