Desde hace unos días se encuentran en marcha las obras para rehabilitar un edificio del siglo XVIII de la plaza del Teatro que albergará el Centro de Estudios Marroquíes previsto por el Ministerio de Asuntos Exteriores en Málaga. Los trabajos, que son costeados por el Ayuntamiento, han comenzado por las demoliciones y las excavaciones arqueológicas en el interior del inmueble, situado en el número 33 de la calle Muro de San Julián. La empresa Graman desarrolla la actuación por un importe de 818.653 euros y un plazo de ejecución de un año, por lo que el proyecto podría estar concluido a mediados de 2008.

El Centro de Estudios Marroquíes es una entidad de carácter cultural que Asuntos Exteriores pretende abrir en Málaga. De hecho, el pasado mes de enero, la ciudad fue sede del I Encuentro Cultural Hispano – Marroquí ‘Entre dos orillas’, que contó con la presencia de personalidades del mundo de la cultura de ambos países. En aquellas jornadas, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, uno de los principales promotores del proyecto, aseguró que «todo el esfuerzo de acercamiento a Marruecos no sirve de nada sin la cultura».

Las obras se desarrollan según los plazos previstos y se centran actualmente en el descubrimiento de los restos de la antigua muralla musulmana de la ciudad, que se integrarán en parte en el edificio. El concejal de Urbanismo, Juan Ramón Casero, señaló que se procurará «poner en valor» aquellos elementos del cerco medieval que tengan más importancia y mencionó, como dato curioso, que se ha descubierto que anteriores inquilinos del inmueble llegaron a excavar y abrir un hueco en uno de los lienzos de la muralla para colocar una bañera.

Por su parte, Rafael Martín Delgado, uno de los autores del proyecto de rehabilitación del edificio junto a Isabel Cámara, indicó que los restos más significativos de la muralla corresponden a los muros que formaban un antiguo torreón de la Puerta de Buenaventura. Se trata de los mismos que pueden contemplarse en el interior de una cercana librería. «Estos restos delimitan una de las estancias del edificio que pretende convertirse en una sala polivalente para exposiciones u otros usos», apuntó Martín Delgado, quien agregó que también hay partes de la muralla en el suelo del patio central de la casa.

El proyecto para este instituto que pretende reforzar las relaciones culturales entre España y Marruecos ocupa una superficie construida de 460 metros cuadrados que se reparten en plantas baja, primera y segunda. Las alas oeste y norte del edificio serán reedificadas tras su demolición.

En la planta baja se dispondrá un espacio de recepción, así como los accesos a escaleras, aseos y ascensores que se instalarán en el edificio. En la planta primera, sobre la puerta de entrada, se habilitará una sala de reuniones y, en la fachada que da a Puerta de Buenaventura, dos despachos. Por su parte, en la planta segunda irán la secretaría y el despacho de la dirección, así como otras oficinas. En el ala norte, se realizará un pequeño salón de actos con capacidad para 30 personas.