Cincuenta inmigrantes marroquíes fueron desalojados en marzo de la pedanía lorquina de Ramonete. Vivían hacinados en 18 chabolas. La presión vecinal consiguió que la Delegación del Gobierno, en coordinación con el Ayuntamiento de Lorca, pusiese fin a este campamento. La situación, sin embargo, era muy distinta a la de Patiño. En este nuevo asentamiento viven 200 búlgaros que, como ciudadanos de la Unión Europea, residen legalmente en España. Por tanto, Extranjería no puede actuar, y la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Murcia. La edil de Seguridad Ciudadana en funciones, Nuria Fuentes, confirmó ayer que su intención es desalojar a los ocupantes de la finca. El proceso está aún en fase inicial, y todavía no se ha aclarado cuál será el futuro de estos inmigrantes, empujados a este lugar por la pobreza y la miseria.