Los 26 inmigrantes rescatados en aguas libias descansan en Tarragona a la espera de pedir asilo

El País, EP, 04-06-2007

Los 26 inmigrantes rescatados en aguas libias por el pesquero catalán Montfalcó y después trasladados, en alta mar, a un buque de Salvamento Marítimo pasaron ayer su primer día en el centro de acogida de la Cruz Roja en Tarragona. Anna Sabaté, coordinadora de la entidad explicó que los inmigrantes han comenzado a “aclimatarse al entorno” y han descansado de la larga travesía por el Mediterráneo con el apoyo de un mediador senegalés.

Sabaté explicó que los inmigrantes, todos jóvenes de entre 18 y 25 años, “están bien” y “tranquilos”, tras pasar su primera noche durmiendo en el centro de acogida, donde aseguró, “están cómodos”.

Tras el primer contacto con el equipo de atención social, en el que trabajan el mediador, dos trabajadores sociales y un psicólogo, así como varios voluntarios encargados de la logística, los jóvenes relataron sus primeras impresiones tras el rescate. Aunque algunos de ellos chapurrean el francés y el inglés, el mediador tiene un buen dominio de las lenguas maternas de los inmigrantes. Los rescatados en alta mar están algo “despistados” todavía y sienten “incertidumbre” sobre su futuro, añadió Sabaté. Por ello, los responsables de acogida están tratando de ayudarles, de momento, a conocer su entorno más inmediato.

A partir de hoy, los responsables de la Cruz Roja los acompañarán en los trámites administrativos para la solicitud de asilo político. Asimismo, recibirán la visita del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Los inmigrantes seguramente pedirán asilo político, pues aseguran proceder de Costa de Marfil, un país en conflicto, aunque según Sabaté, “es posible que tengan diferentes procedencias”. El sábado ya se realizó una primera identificación de los 26 jóvenes en una comisaría, puesto que llegaron sin ningún tipo de documentación.

Los 26 inmigrantes permanecerán en el centro de acogida hasta que se acepte la solicitud de asilo. Después seguirán con la Cruz Roja, pero deberán trasladarse a un centro especializado en asilo político. Quizá entonces sea necesario separarlos, “en función del espacio que tenga cada centro”, señaló Sabaté.

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