Las asociaciones de inmigrantes lamentan el “fastidioso trámite” Cientos de miles de inmigrantes de la Comunitat Valenciana y de toda España están obligados a renovar su inscripción de empadronamiento cada dos años. La normativa les obliga a este “fastidioso trámite”, según lo califican, para evitar que los padrones queden hinchados al no actualizarse las bajas por cambios de municipio.


Mucha gente, como tiene que trabajar, se ve obligada a “acudir a las 5 y las 6 de la mañana para poder hacer la gestión”, lamenta Patricio Guerra, delegado en Valencia de la Asociación Hispano – Ecuatoriana Rumiñahui.


La renovación del padrón es obligatoria para todos los extracomunitarios que no tengan un permiso de residencia permanente (por cinco años), el que se consigue después de los primeros cinco años de estancia legal, en la tercera renovación de la tarjeta.


En el Foro Alternativo de la Inmigración consideran que el hecho de afectar únicamente a los extracomunitarios sin permiso permanente supone “una discriminación”, afirma el portavoz de esta entidad Boughaleb Mimi.


Sus argumentos son que los comunitarios, los extracomunitarios con tarjeta permanente y los españoles también pueden cambiar de domicilio y no darse de baja en el padrón.


Otra cola cada dos años

Desde la Asociación Hispano – Ecuatoriana Rumiñahui denunciaron esta semana la existencia de colas en las oficinas municipales de la zona del Marítimo, en Valencia. “Sólo hay una persona atendiendo y si se estropea un ordenador ya no te pueden hacer el trámite”, subrayó Guerra. El viernes ya se había restablecido la normalidad del servicio.


La obligación de renovar el padrón entró en vigor en diciembre de 2005, lo que llevó a miles de inmigrantes a colapsar las oficinas padronales.


Desde los Ayuntamientos reprocharon al Gobierno que había creado un problema a los Consistorios municipales, que tuvieron que reforzar sus oficinas sin recibir financiación estatal.


En los próximos meses, cuando vayan a cumplirse dos años de la entrada en vigor de la norma, miles de extracomunitarios tendrán que volver a hacer “una cola más” para otro trámite con la Administración.


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