Detenidos dos marroquíes por retener un mes a dos temporeras polacas

ABC, 02-06-2007

EFE

HUELVA. La Policía Nacional detuvo ayer a los marroquíes M.Q., de 30 años, y R.R., de 33, acusados de retener durante un mes en una vivienda del término municipal de Manzanilla, en Huelva, a dos mujeres polacas que trabajaban en la campaña de la fresa.

Según informó la Policía, las víctimas, que declararon haber sufrido vejaciones y abusos sexuales, en un momento de descuido de sus captores, lograron pedir ayuda a sus padres, residentes en Varsovia, a través de un teléfono móvil y éstos lo denunciaron ante la policía polaca.

Tras ser avisados por las autoridades polacas, los investigadores de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de la Comisaría de Huelva iniciaron gestiones en diversos municipios de la provincia dedicados al cultivo de la fresa y en empresas destinadas a la explotación de este producto.

Un Audi azul

Las investigaciones determinaron que las dos jóvenes polacas habían trabajado en fechas anteriores en una de estas empresas, al tiempo que varios testigos confirmaron que las habían visto en un vehículo, un Audi de color azul, acompañadas de dos individuos. Estos datos resultaron esenciales para ubicar la vivienda y liberarlas.

Cuando los policías localizaron la vivienda y llamaron a la puerta, un hombre negó que allí hubiese mujeres e intentó impedirles la entrada, si bien una de las jóvenes, al advertir la presencia policial, consiguió evadirse y avisar a los agentes, que después encontraron a la otra. Los presuntos secuestradores fueron detenidos y las jóvenes trasladadas al Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense, donde fueron atendidas por el Servicio de Ginecología y por el médico forense.

El señuelo, un mejor sueldo

En sus respectivas declaraciones, las víctimas manifestaron que fueron llevadas a la vivienda con la excusa de un trabajo mejor remunerado y que una vez allí fueron objeto de vejaciones y abusos sexuales y permanecieron retenidas contra de su voluntad durante un mes.

Durante este tiempo que permanecieron cautivas no podían salir a la calle si no eran

acompañadas por ambos individuos y además fueron golpeadas y sufrieron cortes de arma blanca en diferentes partes del cuerpo.

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