«Racista yo? ¿Y quién no?»

ABC, 02-06-2007

TEXTO: MARÍA JESÚS CAÑIZARES

FOTO: ELENA CARRERAS

VIC (BARCELONA). Voten o no a Plataforma por Cataluña (PxC), a los ciudadanos de Vic (Barcelona) no les gusta que su ciudad sea conocida como la cuna de un partido xenófobo que en las elecciones municipales logró 17 concejales en toda Cataluña. Los unos, porque se niegan a ser considerados racistas. Los otros, porque lamentan que un precioso municipio, famoso por sus ferias, sus mercados y sus conjuntos medievales haya encumbrado a Josep Anglada, que ha obtenido cuatro concejales en Vic y cuatro en El Vendrell (Tarragona).

El discurso populista de este ex militante de Fuerza Nueva, nacido hace 48 años en la capital de Osona, ha cuajado en esta población de 30.000 habitantes, donde la industria cárnica y textil, necesitada de mano de obra poco cualificada, favoreció la llegada de inmigrantes, que actualmente suponen el 22 por ciento de la población. Son, en su mayoría, magrebíes y africanos que se concentran en los barrios de la zona sur de Vic.

Kader es marroquí, vive en en esta población desde hace once años, trabaja en el matadero local y proporciona suministro a la carnicería «Nourdine», situada en la Plaza de los Mártires. En esta ciudad han nacido sus hijos y niega que el Ayuntamiento favorezca a los inmigrantes.

- ¿Reciben muchas ayudas sociales?

- Nadie da dinero por nada. En España, si no trabajas no comes.

En su opinión, Anglada «es muy racista y está obsesionado con los marroquíes», colectivo que en Vic asciende a unas 10.000 personas que proyectan asociarse para defender sus intereses. «Nunca ha habido conflictos, la convivencia siempre ha sido buena, pero lo que ha pasado es muy peligroso. Esto no va a acabar bien», advierte.Pero las tesis del presidente de PxC han arraigado. «Las tiendas de los moros (sic) incumplen los horarios comerciales. Algunos van a recoger las ayudas de Cáritas conduciendo un Mercedes», dice el encargado de un restaurante de la Rambla del Passeig. Se confiesa votante de ERC, formación cuya caída en picado en las últimas elecciones ha obligado a la dirección local a dimitir.

- ¿Se considera racista?

- ¿Racista yo? ¿Y quién no lo es? Esas personas tienen privilegios y preferencia con los pisos sociales.

Inducida o no, hay una tensión latente en la ciudad. Personas en situación marginal son reacias a hacer cola ante los Servicios Sociales, donde predominan los inmigrantes. No hay problemas graves de delincuencia, pero sí de civismo. Pisos «patera», ruidos, alguna que otra pelea… «Pero cuando se les pide que acaten las normas, lo hacen. Son personas respetuosas con los demás», asegura un matrimonio, molesto con el auge de PxC.

El «modelo Vic»

Esta localidad ha exportado el denominado «modelo Vic» de integración educativa, implantado hace diez años y consistente en reservar un número de plazas para inmigrantes en cada aula, se cubran o no durante el curso. Esto da lugar a que alumnos autóctonos no puedan matricularse aunque haya vacantes. La hora de salida de los alumnos del colegio público Guillem de Montrodon permite visualizar esa fusión cultural. Y también una cierta crispación. «Ha habido unas elecciones democráticas y la gente ha votado a Anglada ¿Pasa algo?», exclama una madre irritada en presencia de adolescentes magrebíes que han ido a buscar a sus hermanos pequeños al colegio. Algunas llevan velo y otras, modernas diademas.

Aseguran que lucir el chador no significa ser más o menos religiosa. «¿Qué dice Anglada de nosotros, me gustaría saberlo?», pregunta una de las chicas. Lo hace en castellano, pero también habla catalán, francés y árabe.

Pues lo que dice Anglada es bastante ofensivo, porque se permite opinar sobre la limpieza de las «moras». El líder de PxC se nutre de sus apariciones en los medios y de su predisposición a hablar con todo el mundo, aunque prometa cosas que no puede cumplir. Su lema es: «O Plataforma por Cataluña contra los inmigrantes, o los inmigrantes contra Vic».

- ¿No favorece eso el discurso del miedo?

- Digo lo que piensa la gente. No podemos absorber a toda la gente que llega. Primero son los de casa, después los de fuera.

Anglada quiere tener presencia en el Parlamento catalán. Ningún grupo municipal pactará con PxC, pero admiten el voto de castigo. «El descontento ha sido generalizado», dice el ganador de las elecciones, Josep Maria Vila d´Abadal (CiU), quien reconoce que hay que revisar el sistema asistencial y ser más rápidos en la resolución de los problemas.

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