Después de seis días de tensión, sin apenas dormir, sin poder asearse, racionando comida y agua, los seis tripulantes del Montfalcó durmieron ayer a pierna suelta en el puerto de Marsala, en Sicilia. Mejoró el tiempo y, unas horas antes de lo previsto, sobre las siete de la mañana, su embarcación y la de Salvamento Marítimo, Clara Campoamor,se encontraron en alta mar, a unas 40 millas al sudoeste de Sicilia. A las 7.30 horas, los 26 inmigrantes rescatados tras hundirse el cayuco en que viajaban ya habían cambiado de barco. Tras escoltar al Montfalcó hasta tierra firme, el buque de Salvamento Marítimo emprendió el viaje hacia el puerto de Tarragona, donde llegará mañana por la mañana.

Por falta de infraestructura y ex periencia, en un principio se descartó que el puerto de Tarragona fuera el destino de los inmigrantes. Todo hacía indicar que desembarcarían en Barcelona cuando ayer por la mañana la Subdelegación del Gobierno en Tarragona anunció la llegada del Clara Campoamor a la ciudad. A primera hora de la tarde, aún no se había establecido ningún protocolo para recibir a los inmigrantes y la Autoritat Portuària de Tarragona esperaba indicaciones al respecto.

El personal del buque de Salvamento Marítimo entregó ropa y calzado nuevos, mantas y alimentos a cada uno de los inmigrantes, 26 varones jóvenes. Según la nota oficial, todos ellos están en buen estado de salud. El Clara Campoamor escoltó al Montfalcó hasta casi el puerto de Marsala. “Se había estropeado uno de los dos motores auxiliares que sirven para producir electricidad y aunque no era nada grave, quedaba poco gasóleo y nos han acompañado”, explicó ayer desde Roma Florenci Macias, gerente de la empresa Nareser, propietaria de este remolcador y con sede en Sant Carles de la Ràpita. Macias tenía previsto volar esta mañana hasta Marsala “para dar ánimos a los tripulantes, ver cómo están y ver cómo organizamos el trabajo que nos ha quedado pendiente”, explica. Macias felicitó desde el primer día la decisión de su tripulación de acoger a los inmigrantes pese a que el buque está preparado para alojar sólo a seis personas y no a 32 como ha ocurrido. “Eran náufragos y habrían muerto si no los rescatan”, insiste al tiempo que lamenta la lentitud y poca cooperación mostrada por Malta y Libia.

En un comunicado oficial, la subcomisión de extranjería del Consejo General de la Abogacía, felicitó ayer al Gobierno y a la tripulación del remolcador por el rescate y la acogida ofrecida y aconsejó promover acciones contra Malta ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El Consejo puso a disposición de las administraciones españolas “los medios técnicos y jurídicos necesarios” para la asistencia de los inmigrantes.