LUIS BENVENUTY – BADALONA

“Dejé de ir a las manifestaciones contra los pisos patera porque fueron politizadas por el PP”, dice Esther, vecina de la Salut
Idos a dar lecciones a vuestra casa… Tendríais que vivir un mes aquí… Por qué no hacéis manifestaciones por nosotros… Éstas son algunas de las recriminaciones que una treintena de vecinos del badalonés barrio de la Salut espetaron ayer a la veintena de participantes de una concentración de repulsa al DVD del PP local que vincula inmigración y delincuencia. El acto fue organizado por la plataforma Habitatge Digne a Badalona, con la colaboración de SOS Racisme, en la plaza

Antonio Machado. Y las proclamas en pro de la justicia social y contra el capital cayeron en saco roto frente a la degradación de la calidad de vida de mucha gente.

“El vídeo sólo dice un 1% de lo que pasa en el barrio”. “La verdad es esa, por muy fea que sea”. “Nadie se preocupa por nosotros, ni el PSC ni el PP ni SOS Racisme”. Un miembro de la ONG, que ya solicitó a la Junta Electoral Central la retirada del DVD, dudó de la idoneidad de la protesta dados los ánimos que corren por la Salut. Este rincón de Badalona saltó a los titulares en febrero. Entonces los problemas de convivencia generados por las viviendas sobreocupadas sacaron a centenares de personas a la calle.

Las presiones vecinales desalojaron tres pisos patera donde se hacinaban docenas de gitanos rumanos. Ayer, junto a Antonio Machado, la principal organizadora de aquellas manifestaciones, Julia Sánchez, la Panadera, hacía campaña en un tenderete del PP. Ahora es la número 11 de la lista. “El vídeo nos lo piden como rosquillas – dijo-, la gente quiere una segunda parte, pero sin censura, con toda la verdad”.

“Preparamos quince mil ejemplares más”, agregó otro militante popular a las puertas del mercado. Hace poco, la alcaldesa Maite Arqué inauguró aquí el centro cívico más grande de Badalona. La plaza Antonio Machado y el mercado se comunican por la calle Pau Piferrer. Aquí vivió Manolo Escobar. Aquí se detuvo a uno de los primeros islamistas afincados en Catalunya. Aquí se embozó el retrete de Esther Cabestany: los desperdicios salpicaron todo el barrio, en febrero. Sus vecinos, más de veinte rumanos, usaban el váter como papelera, y de tanto en tanto las aguas fecales se desparramaban por el parquet de Esther.

“Dejé de ir a las manifestaciones contra los pisos patera porque fueron politizadas por el PP. La inmigración tiene quemado al barrio,- dijo Esther- pero no se puede usar electoralmente. Saldré a la calle para que la Salut mejore, pero no dejaré que me manipulen”. Su vecino, Ahmed Jabili, víctima del incivismo como ella, lamenta que unan inmigración y delincuencia. “Mi familia y yo estamos aquí desde 1996, trabajando. No me gusta que me llamen criminal. Creo que hay otra manera de conseguir votos”.