IMMA MAYOL · CANDIDATA DE ICV-EUA-EPM A LA ALCALDÍA DE BARCELONA
"Me asusta la pobreza, no la inmigración"
Apasionado debate en el Institut Dexeus sobre los avances y los límites de la mujer en el mundo islámico
La Vanguardia, , 19-05-2007LLUÍS SIERRA – BARCELONA
EDUCACIÓN
" El problema en Barcelona es para los que quieren elegir la escuela pública, que es sólo el 35% de la que hay"
VIVIENDA
“Acepto que la gente diga que hemos hecho poco en materia de vivienda, pero no lo acepto de Trias”
SIN TECHO
“Estoy muy orgullosa de haber impulsado cinco albergues para gente sin techo”
OKUPAS
“Se puede salvaguardar la propiedad privada con el Código Civil, el Código Penal crea más problemas”
SEGURIDAD
“Estamos en la sociedad más segura que ha existido y nunca nos habíamos sentido tan inseguros”
Contundentes y sin concesiones, ocho suscriptores de La Vanguardia plantearon a Imma Mayol cuestiones incómodas, como la inseguridad, el fenómeno okupa y la inmigración. La candidata mantuvo postulados por los que ha sido criticada por el resto de las fuerzas políticas. En una sociedad en general segura hay sensación de inseguridad, dijo, y la delincuencia siempre ha estado más relacionada con la pobreza que con la inmigración.
Otro candidato (Fernández Díaz) reclama la libertad de los padres para elegir escuela e idioma. ¿Cuál es su postura al respecto?
- En el Ayuntamiento no tenemos competencias en enseñanza, más allá del mantenimiento y las guarderías. El problema en Barcelona es para los que quieren elegir la escuela pública, porque sólo es el 35% de la que hay. Haría falta que hubiese un 50% de escuela pública. Y creo que fue una decisión sabia del gobierno de CiU no separar a los niños por razón de su lengua. En el País Vasco no han hallado el puente para no separar a los niños.
Dicen que cuando se sortean viviendas sociales de protección hay una discriminación positiva hacia ciertos grupos.
- Sólo por el nivel de renta. Aparte hay pisos para jóvenes y para gente mayor, pero en el resto, se tiene en cuenta la renta.
Otro candidato ha dicho que usted tuvo poca imaginación para hacer pisos para jóvenes sólo aprovechando solares de equipamientos.
- Fue un ejercicio de cinismo. Él (Xavier Trias) estuvo en el gobierno de CiU, que en 23 años hizo 24 viviendas en Barcelona. Nosotros, mil. Acepto que la gente diga que hemos hecho poco, pero no lo acepto de él. En cuanto a lo de los equipamientos, mi compañero Eugeni Forradellas fue quien planteó, en 1995, la necesidad de hacer pisos de alquiler para jóvenes, cuando el PSC no lo veía claro. El primer día anunciamos un sorteo de 34 pisos y se apuntaron ocho mil jóvenes. En el segundo mandato hicimos mil y ahora haremos dos mil. Se puede usar terreno de equipamientos para vivienda pública. ¿Qué diferencia hay con una residencia de estudiantes que es considerada equipamiento? Pero acepto que habremos de crecer en otros terrenos.
¿Pero y los pisitos que necesitamos?
- No es justo decir que en el Ayuntamiento no hemos hecho nada, pero aunque sea poco, le aseguro que lo hemos hecho solos. En ocho años hemos hecho 17.000 pisos de protección oficial; un 27% de los pisos que se hacen en Barcelona son de protección, gracias a una norma nuestra, cuando la Generalitat no la tenía… La aprobación, el mes que viene, de la ley del Derecho a la Vivienda y el pacto nacional de la vivienda nos ayudarán en tres cosas: más reserva de suelo para vivienda; más vivienda protegida, 60.000 en diez años, y ayudas al alquiler, para franjas de población que lo necesitan, no sólo jóvenes. El año pasado dimos 4.200 ayudas de 200 euros al mes para alquiler, y se ha de llegar a 20.000 o 25.000. Y hay que ayudar a arrendadores que ahora tienen miedo a poner pisos en alquiler, con garantías de la Administración frente a desperfectos o impagos.
Como estudiante, utilizo las bibliotecas públicas. ¿Por qué hay tanta variedad de horarios? Algunas abren por la mañana, otras no, o no lo hacen los festivos…
- Hay que ampliar horarios. Donde se vea que hay demanda hay que ampliarlo, aunque no soy consciente de que haya mucha diferencia en los horarios. Lo miraré y le responderé.
En la calle del Císter hay una casa de acogida para gente sin techo y hay el problema de personas que molestan. A las 10 de la noche no hay vigilancia. A veces pasa la policía en coche, pero no se pasea por allí. Hay poca iluminación y ha habido molestias verbales…
- Separemos lo de la presencia policial. Es un albergue. Estoy muy orgullosa de haber impulsado cinco centros para gente sin techo, repartidos en varios distritos. No son estéticos, pero no crean problemas de delincuencia. Se puede mirar lo de la iluminación, pero las personas de ese centro no han provocado ningún problema de delincuencia. Y a esas horas, acostumbran a estar dentro del albergue. Entiendo que su aspecto a veces no sea muy agradable, pero tenemos cierta aprensión con personas de cierta estética. Quizá ayudaría entrar al centro a comentar lo que sucede.
Me consta que toda esta gente sin techo proviene de los servicios sociales, está tutelada y tienen una estancia limitada, quiero decir, que vienen después de un trabajo previo.
- El año pasado atendimos a tres mil personas sin techo, a veces en albergues de baja exigencia, como primera entrada. Sólo el hecho de tener un horario alimentario les cambia la vida. De tres mil, unos 1.500 han dejado de vivir en la calle y 500 ya viven de forma autónoma. Son gente a menudo joven, con problemas de alcoholismo o de paro. Son vidas deterioradas que pueden recuperar su autoestima.
Vivo cerca de la antigua clínica de Alfons XII, que ha estado ocupada durante meses. Al final, la desalojaron cuando ya no había nadie. ¿Cuál es su posición respecto al colectivo okupa y las molestias que causa, la suciedad, el uso de la calle como servicios…?
- En Barcelona hay 730.000 viviendas y 200 espacios ocupados, de los que un 9% provoca problemas de convivencia. En estos casos hemos de intervenir claramente; del mismo modo, si hay gran suciedad, tenemos instrumentos, por razones de salubridad pública, para intervenir. Si hay problemas de convivencia, podemos instar a que actúe la justicia, y si es necesario, la actuación policial.
¿Si no hay problemas de convivencia no hay que hacer nada?
- Cuando no hay problemas de convivencia, el instrumento es el Código Civil. Se trata a menudo de espacios largamente desocupados. Si el propietario puede demostrar su propiedad el mismo día, lo recupera en seguida. El problema es que a veces tardan en darse cuenta de que lo han ocupado. No estoy de acuerdo con el salto al Código Penal, que incluye penas de prisión.
Se trata de la propiedad privada, la base de la sociedad y la economía. Un propietario, si paga sus impuestos y dice en el momento que sea que quiere su casa, la justicia, o la Guardia Urbana, o quien sea ha de ser estricto en mantener ese derecho.
- Estoy convencida de que se puede salvaguardar la propiedad privada con el Código Civil. El uso del Penal crea más problemas, lo dicen teóricos del mundo de la justicia. Y la justicia es estricta. No hablamos de espacios donde se vive, faltaría más. Estamos hablando de espacios que han estado largamente en desuso. No es muy ético tener espacios deshabitados cuando hay problemas de vivienda. Quiero poner al mismo nivel el derecho a la propiedad y el derecho a la vivienda.
Es cuestión de normas, no de ética. Que se fomente el alquiler, que se bajen impuestos, pero si alguien tiene cuatro viviendas es como si tiene cuatro coches, aunque no los use.
- Los espacios que se ocupan suelen ser fábricas hechas polvo, espacios largamente abandonados. Ha de intervenir la justicia, pero no es tan importante ponerlos en la cárcel por eso. No hay para tanto. Y estoy de acuerdo con el derecho a la propiedad, totalmente.
¿Pero cree ilegal ocupar un inmueble, en todo caso, sin el permiso de su propietario? Al menos, debería poder cobrar (al okupa) desperfectos y una parte de los impuestos.
- Sí, ocupar es ilegal, y hay un procedimiento y un castigo, en el Código Civil. Y sugiero que quien tenga espacios, que les dé un uso, y si alguien se lo ocupa, que lo denuncie.
En el caso de Alfons XII, a veces llamábamos a la policía y decía que no podían hacer nada.
- El propietario no había hecho la denuncia. Yo fui a ver la finca y pedí a la Agència de Salut Pública que hiciera un informe para poder instar el desalojo por insalubridad. Pero el propietario no denunciaba. A menudo ocurre que no presenta la denuncia.
Hay sensación de impunidad e indefensión. Hay inmigrantes del Este o de Sudamérica que vienen de ambientes violentos, y eso se nota. Mire los resultados electorales en Francia.
- Citaré a Bauman (Zigmunt Bauman, sociólogo polaco): “Estamos en un mundo, en la sociedad más segura que ha existido nunca, y nunca nos habíamos sentido tan inseguros”. Esta sensación de inseguridad tiene que ver con algunas otras cosas, no con la delincuencia. Ha habido cambios extraordinarios en los entornos, cambios en las estructuras familiares; en las dificultades de acceso al trabajo. La llegada de la inmigración, como la del turismo, ha alterado nuestra fisonomía social, y el desconcierto a veces genera malestar y una sensación de inseguridad mayor que la realidad, porque no hay un incremento de la delincuencia.
Hay que ir a las causas de esa sensación. En Francia, la derecha ha aplicado sólo la solución policial, y ya vimos lo que ocurrió hace un año en muchos barrios.
Ante los hechos consumados hay que actuar. ¿Está diciendo que nos imaginamos la inseguridad o que la que hay es la normal?
- No creo que haya más violencia que en otros sitios. Queremos más seguridad, pero Barcelona no es una ciudad especialmente insegura, en comparación con otras de España. Y no digo que sea una tontería, porque me preocupa, pero no hay base para sostener que hay un incremento de la delincuencia. Dicho esto, ha de haber un aumento de la presencia policial, con el despliegue de los Mossos, porque hubo un periodo en que la Policía Nacional marchaba y los Mossos aún no estaban.
El 28 % de la población extracomunitaria está en Catalunya. Hay un miedo al terrorismo ligado a la inmigración. No hay que ser ingenuos, ni jugar al buenismo como hermanitas de los pobres. He oído decir que esta gente tiene tres años de exención fiscal y sus beneficios no revierten aquí, sino que van a sus países.
- Lo de la exención fiscal a inmigrantes es una leyenda urbana. La inmigración aquí aporta dinamismo social y económico. El 50% del crecimiento de la riqueza en los últimos años se ha debido al trabajo de personas inmigrantes, son datos de La Caixa. Inmigrantes hacen el 80% de las asistencias médicas domiciliarias; son el 10% de los médicos que nos atienden.
No estoy de acuerdo, lo siento. ¿Qué pasa? ¿Es que los catalanes nos podemos permitir hacer vacaciones porque nos hacen el trabajo?
- Hay empleos, en el turismo, la hostelería, la construcción, cuidar a los mayores, que los hacen los inmigrantes. Ayer estuve en una comida con entidades de inmigrantes. Estuve con un hombre que era policía en Rumanía. Aquí trabajó en la construcción, yendo cada madrugada a la plaza Espanya, donde le subían a una furgoneta para ir a alguna obra. Al cabo de cinco años pudo tener papeles, traer a su mujer, comprar un piso. El Ayuntamiento de Barcelona ha incrementado en un 123% los recursos sociales para toda la población, pero la llegada de la inmigración evidenció que eran insuficientes, en educación, en sanidad, en atención social.
Ha habido que hacerlo para que no hubiese una revuelta. Y ocurre que una persona gitana te dice: “Le han dado a un moro tal cosa, y a mí, ¿qué?”
- Es cierto que nuestro Estado de bienestar tiene déficits.
Se ha actuado tarde.
- Ha habido falta de anticipación. Pero la ciudad ha reaccionado bien en ocho años a una situación que en otros sitios se ha producido en veinte años. Los políticos no nos hemos anticipado lo suficiente, pero estoy orgullosa de que en Barcelona haya pocos lugares con conflicto. Hay que tener en cuenta que, excepto en Ciutat Vella, hay un reparto territorial bueno, con un 10% o un 11 % de inmigración en cada distrito.
En Barcelona se vive bien, pero queremos mejorar. La gente sufre las cercanías, y las empresas también, porque la gente llega tarde a trabajar. Se necesitan pisos más pequeños, se necesita más Guardia Urbana… ¿Cuál es su modelo?
- El de una ciudad mediterránea, no un modelo de distrito federal como quiere imponer Madrid. Una ciudad sostenible para vivir sin estropearla para nuestros hijos y los próximos cien años. Estamos bien como ciudad ocio, y debemos apostar por la ciudad innovación, crear riqueza a partir del conocimiento. Y orientarnos a sectores estratégicos como el de la salud, porque tenemos buenos hospitales, una buena industria farmacéutica y un buen conocimiento.
En su programa habla de feminizar la ciudad. ¿Se han hecho las guarderías prometidas? ¿Qué haría en el próximo mandato?
- Las guarderías no son sólo para las mujeres, sino para los hombres y las mujeres. Feminizar la ciudad quiere decir más servicios de proximidad. En el último mandato hemos hecho mil plazas de guarderías, y en el anterior habíamos hecho dos mil. En convenio con la Generalitat hemos de duplicar la cifra.
¿No cree que la inmigración comporta un problema laboral porque los inmigrantes se ven obligados a trabajar en condiciones que la gente de aquí no acepta, y los de aquí han de irse fuera, no por culpa de los inmigrantes, sino de los que ofrecen estos trabajos sin las condiciones necesarias?
- Además del control con las inspecciones y de que no se puedan hacer contratos vejatorios, creo que hay que hacer una alianza ética con los empresarios, para impedir que se subcontrate de esta manera. Estos días he hablado con el gremio de restauradores y hemos quedado en trabajar la idea de que se valore la formación para romper un círculo vicioso: que gente no formada trabaja en unos puestos de trabajo; como no están formadas, se paga poco; y cómo estimulas que la gente se forme si saben que pueden trabajar sin hacerlo. Hemos de hacer que la gente que se forme tenga unas condiciones de trabajo que le permitan hacer carrera profesional en el puesto de trabajo, o sea, no trabajar tres meses y adiós.
En las ayudas a vivienda, siempre vamos a los jóvenes o a la gente mayor, pero hay otra gente, de 40 o 50 años, que por el paro u otras causas ya no puede pagar el alquiler.
- Dos datos. En vivienda de propiedad protegida, de los 10.332 pisos que se han hecho en este mandato, hay 600 con servicios para gente mayor. Hemos pasado de 70 a 600. Y hay otros 2.000 para jóvenes, pero la mayoría son para esa gente que dice. En alquiler, se han dado ayudas a 4.200 personas, de 200 euros al mes. De ellas, algo más del 25% son jóvenes, pero la mayoría son mujeres de 50 años.
Todos evitan comentar el binomio delincuencia e inmigración
- Algunos hacen un vídeo para ganar votos.
Más del 40% de los reclusos en Catalunya son inmigrantes. Si son el 10% de la población debería haber menos en prisión. La mayoría viene a trabajar, pero hay una relación clara. ¿Cree que el incremento de la inmigración ha traído un aumento de la delincuencia?
- Sinceramente, no. Creo que hay una relación entre la pobreza y la delincuencia. Históricamente, en las prisiones ha habido siempre pobres, y ahora, entre los pobres de Barcelona una parte importante son inmigrantes. Hace unos años había proporcionalmente más presos gitanos, como en otros años había más personas de origen no catalán. A mí, lo que me asusta es la pobreza, no la inmigración.
¿Qué medidas propone para potenciar las empresas?
- Barcelona está bien posicionada. Como área metropolitana, el nivel de empleo que se ha creado ha sido superior a otras europeas y sin embargo estamos por debajo en valor añadido y competitividad. Hemos de apostar por diferentes sectores. La calidad de vida, que atrae empresas, no basta. La investigación y desarrollo es capital. Repito lo del turismo, que había de venir y que supone el 14% de la riqueza, pero no podemos enviar a los inversores el mensaje de que sólo nos interesa ese sector. Hemos de volcarnos más en la innovación y el conocimiento.
¿Qué opina de la abstención?
- Expresa falta de credibilidad en la política, y para combatirla se ha de decir lo que se piensa y hacer lo que se dice.
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