La acusada de asesinar a una sangüesina declara en el juicio que no recuerda nada

María Iribarren Gallués, de 96 años, murió por asfixia cuando entraron a robar en su casa en Madrid

Diario de Noticias, 30-05-2007

madrid. Encarnación J.M., mujer de 42 años acusada de matar a dos ancianas, una de ellas la sangüesina María Iribarren Gallués, y de asaltar y robar a otras quince mujeres entre los meses de abril y julio de 2003 cuando éstas se encontraban en el interior de sus domicilios, manifestó ayer, en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid, que no sabe ni recuerda nada de lo ocurrido.

La encausada, visiblemente fatigada a lo largo de toda la vista oral, para la que piden 183 años de cárcel, respondió a la mayoría de las preguntas de la fiscal y de la acusación particular con frases como “no sé” y “no me acuerdo”. El juicio estaba previsto que se iniciara el lunes, pero no fue posible debido a que el tribunal entendió que la procesada “no estaba en condiciones de declarar”.

La procesada, de etnia gitana, respondió durante el juicio afirmativamente a la pregunta que le formuló su abogado sobre si es cierto que tiene problemas psiquiátricos desde los 14 años y aseguró que se dedicaba a vender bisutería a domicilio.

En cualquier caso, los dos peritos que comparecieron ante el tribunal de la Audiencia de Madrid manifestaron que encontraron “huellas” y “restos biológicos en los que se halló el ADN” de Encarnación J.M. en varias de las viviendas que supuestamente había atracado.

atadas con ropa Por su parte, una de las ancianas agredidas relató cómo fue asaltada. “Yo estaba fregando, vino esta señora (la encausada), me pidió agua y sin que me diera cuenta entró detrás de mí y cerró la puerta”, afirmó la anciana. “La señora me dijo: esto es un atraco, me ató los pies y manos con el pijama de mi marido y me tapó la boca con un trapo”, aseveró.

Asimismo, agregó que la imputada le robó 800 euros y algunas joyas, y que al cabo de unos minutos logró soltarse y pedir ayuda a los vecinos. “Parecía una momia, estaba llena de ropa por todo el cuerpo y me decía ’desátame, desátame que me ahogo”, precisó un vecino.

Además, declararon un gran número de policías, quienes señalaron que, en su diversas actuaciones, encontraban a “las casas revueltas y a las señoras mayores muy nerviosas”.

El fiscal indica en su es escrito de acusación que la encausada siempre utilizaba el mismo modus operandi en sus atracos: llamaba a la puerta de viviendas en las que sabía que vivían ancianas solas, les empujaba violentamente hacia el interior del domicilio y las ataba de pies y manos. Poco después, desvalijaba sus viviendas.

Por este procedimiento, Encarnación J.M. asaltó, entre los meses de abril y julio de 2003, a 17 ancianas, acabando con la vida de dos de ellas. La procesada entraba en los inmuebles utilizando las más diversas excusas, como asegurar que era la sustituta de la señora de la limpieza (“porque la habitual ese día no podía ir”), pedir que le dejaran “entrar al baño” o hacerse pasar por una señora que vendía artículos de joyería, según el escrito del fiscal.

El asesinato de la sangüesina María Iribarren Gallués fue el 18 de abril de 2003. Ese día Encarnación llamó a su casa y “se abalanzó sobre la anciana, a quien amordazó taponándole la boca con el vestido de una muñeca que halló en el domicilio”. “Le ató las manos a la espalda a la altura de la nuca, así como los pies, provocando de ese modo la muerte por asfixia”, mantiene el fiscal. >e.p.

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