Valencia
Habrían muerto si pasamos de largo
Las Provincias, , 30-05-2007El remolcador Montfalcó rescata en el Mediterráneo a 26 subsaharianos de una patera que España acogerá después de que Malta se negara a hacerlo la avalancha de cayucos que tiene por destino Canarias y las playas del Estrecho a menudo eclipsa el drama diario de los inmigrantes que escogen otras rutas, en este caso la que arranca de Libia con destino a Italia y cruza un mar Mediterráneo más fiero que como lo pintan. La historia, sin embargo, llega esta vez en clave de esperanza. 26 inmigrantes procedentes de Costa de Marfil fueron avistados por el remolcador español
Montfalcó
, con base en el puerto tarraconense de Sant Carles de la Rápita, cuando la barca en la que viajaban como sardinas en lata, según el testimonio de sus rescatadores amenazaba con irse a pique.
Rubén Vázquez Rey, patrón del barco, relataba ayer vía satélite cómo se produjo el encuentro. Se nos echaron encima y al principio tuvimos miedo de que fueran piratas, pero bastó un vistazo, ver cómo iban vestidos y cómo estaba la embarcación para comprender que era gente de bien. Estaba entrando mal tiempo y tuvimos que subirlos a bordo. La patera recordaba ayer no tenía ni cinco metros. Habrían muerto si pasamos de largo.
La situación era desesperada. Florencio Macías, armador del buque, relataba ayer que el avistamiento se produjo a última hora del viernes, aunque pasó un tiempo hasta que, vencidos los recelos iniciales, los infortunados subieran a bordo. Daban gritos de socorro, así que les hicieron llegar algo de comida y agua, pero advirtiéndoles que no podían subir. Sencillamente no cabían. Los recogieron la mañana del sábado y pocos minutos después, la barca en la que viajaban se partió y se la tragó el mar.
Intentamos amarrar la embarcación, pero se fue a pique a los diez minutos, recuerda Rubén todavía angustiado. El patrón no tenía ayer más que palabras de elogio para los subsaharianos que a buen seguro le debían la vida. Es gente de bien, ni una queja, repetía ayer para disipar cualquier duda inicial sobre los
invitados
, alguno de los cuales habla inglés. El barco no está preparado para tanto pasajero y los inmigrantes carecen de ropa de abrigo, aunque la noticia ayer de que iban a desembarcar en España entonó a buen seguro a todos.
El Ministerio de Fomentó decidió por la mañana enviar un buque de salvamento al encuentro del remolcador. Se calcula que el
Clara Campoamor
, con base en Palma de Mallorca, tardará un día en alcanzar al
Montfalcó
y el regreso está previsto para mañana jueves. Florencio Macías no podía ocultar ayer el orgullo que sentía por su tripulación y por Rubén en particular. El empresario, propietario de Naviera de Remolcadores y Servicios S.L., explicaba que yo también he sido marinero y el auxilio en alta mar es lo primero. Claro que representa un perjuicio económico
sólo el flete diario del barco cuesta unos 2.400 ó 3.000 euros y los contratistas no quieren que el trabajo se detenga. Pero esto es una caso de fuerza mayor, y lo de las pesetas es secundario.
Como el barco de Santa Pola
El armador recordaba ayer que el episodio no tardó en movilizar a los equipos de Salvamento Marítimo, mientras las Embajadas de España en Malta y Libia ponían en marcha todos los mecanismos para que no se repitiera la crisis humanitaria del pasado verano. La historia, de hecho, parece un calco del rescate efectuado en julio del año pasado por el
Francisco y Catalina
, el pesquero de Santa Pola que faenaba a cien millas de Malta cuando subió a bordo a 51
sin papeles
. Al igual que ha ocurrido esta vez, las autoridades locales se desentendieron entonces por completo de la suerte que corrían los inmigrantes, ignorando flagrantemente la más elemental solidaridad en alta mar.
El remolcador tarraconense
Montfalcó
se dedica a la campaña de pesca de atún desde hace doce años. Su cometido no consiste en atrapar los peces, sino en recoger las capturas de otros pesqueros en salabres flotantes.
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