- Efe. MADRID
Los inmigrantes latinoamericanos en España son los “más propensos” a enviar remesas, ya que acapararon el 70% de las transferencias al exterior en el 2006 (unos 3.500 millones de euros), pese a constituir alrededor del 36% de la población inmigrante, según el jefe de la división de Economía Internacional del Banco de España, Enrique Alberola. Las remesas enviadas desde España, según la balanza de pagos del Banco de España, llegaron a suponer medio punto del producto interior bruto (PIB) español, ya que alcanzaron 5.000 millones de euros (6.500 millones de dólares), tras crecer esta década a “tasas promedio cercanas al 30% anual”.

Este incremento ha corrido de forma paralela al aumento de la población extranjera en España, que ha pasado del 2,2% de la población total en 1999 al 8,5% en el 2005.

Según el estudio del jefe de división del organismo supervisor, los tres primeros países receptores de remesas provenientes de España son latinoamericanos: Colombia, Ecuador (ambos con más del 20% del total) y, más “distante”, Bolivia.

A estos países les siguen Rumanía y Marruecos, cuyos envíos de remesas superan tan sólo el 6%, pese a constituir el principal contingente de emigrantes en España (el 13%), ya que acostumbran a llevar “las remesas en mano o a través de intermediarios”.

Latinoamérica recibió en el 2005 más de 45.000 millones de dólares en remesas – más del 25% del total mundial-, aunque su distribución entre países es desigual, pues en los países del Cono Sur tienen una “importancia relativa pequeña”, mientras que en los centroamericanos superan el 10% del PIB y en los andinos también son significativas.

En términos absolutos, según el jefe de división del Banco de España, México ha alcanzado prácticamente a India como el primer país receptor de remesas, con 23.000 millones de dólares en el 2005; seguido, por este orden, por Colombia, Brasil, los países centroamericanos, Ecuador, Perú y, más recientemente, Argentina. En términos per cápita, el promedio regional, sin ponderar entre países, se sitúa en los 100 dólares anuales por receptor, aunque los salvadoreños y los dominicanos perciben envíos desde otros países por más de 200 dólares anuales por habitante.

En cuanto a los envíos, se realizan por operadores no bancarios en un porcentaje que varía del 75% al 90%, ya que las remesadoras “disfrutan de un perfil de especialización muy específico que les permite competir ventajosamente en el mercado” sobre los bancos, a pesar de que sus tarifas varían del 8% al 40% de la cantidad enviada, de acuerdo con lo expuesto por Alberola.